Los secretos de Shakespeare
En ese entorno William Shakespeare da rienda suelta a su innata creatividad. Estaba dotado de muchas maneras. Escribía simplemente cuando lo necesitaba y de manera compleja cuando la situación lo exigía. Bebía de historias del pasado, del presente y de su propio ingenio. Pero a todas las dotaba de originalidad, las crea y confirma que la clave de una obra de arte está en el cómo. “Sentía menos necesidad de inventar historias que de transformar los que otros habían escrito y así descubrir el núcleo de las verdades”, asegura Shapiro. Incluso, tenía la capacidad de ampliar la simpatía a los personajes más malvados y violentos. “Tenía un talento mágico para hacer que cada miembro de la audiencia sintiera que él le estaba hablando directamente”.
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