Daily Archives: 10 abril, 2013

La vengadora.

Oscuridad.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero a tener en cuenta el grandísimo dolor de cabeza que me inunda debe de ser mucho. Un olor pestilente emana de mi alrededor y parece meterse hasta por los poros de mi piel. El lecho donde me encuentro esta mullido y un tanto húmedo, como todo mi cuerpo, y a pesar de esto no sé donde me encuentro ni cómo he llegado hasta aquí. De repente una luz cegadora me apunta directamente a los ojos y consigue encandilarme cual sol de medio día. Por un momento que se me hace eterno no puedo ver ni un ápice de lo que me rodea, y cuando por fin aquel foco se aleja paulatinamente de mi campo de visión puedo percatarme de la horrible escena que presencio.

Puede que sean cientos, quizás miles los cadáveres mutilados y ensangrentados los que encuentro a mi alrededor, pero no quiero saberlo. Una mezcla entre repulsión y miedo se adueña de mi.

Mi primer impulso es levantarme de golpe y empezar a correr, sin pensar. Mi único objetivo es dejar atrás aquella masa sangrienta, pero no estoy sola. Aunque no fuesen humanos aquellos seres que ven mis ojos no tengo miedo, ya que puede que todo lo que quiero en este mundo no esté con vida en este preciso instante.

Al cabo de pocos minutos corriendo frenéticamente llego a una espesa arboleda, que me resulta muy familiar. Cerca tiene que estar mi casa, si sigue en pie, claro.

Una ráfaga de tristeza me azota con toda su fuerza. ¿Qué está pasando?¿Por qué no está mi familia conmigo? Y Jack, ¿estará el también junto a todos los demás? Lo último que creo recordar es a Jack a mi lado en el aerodeslizador, a más velocidad de la que debería, haciendo una carrera conmigo hacia mi casa.

Me hubiese gustado tener un futuro prometedor, con el chico al que sigo amando y quizá no vuelva a ver nunca más. Pensé que el corazón se me iba a romper en cualquier momento, y rápidamente mis pensamientos consiguen vagar hacia otra parte. Con la poca fuerza que me quedaba en el cuerpo llego hasta mi casa, que milagrosamente sigue casi intacta.

Inesperadamente escucho un ruido apenas audible, pero hace que me sobresalte. Al mirar hacia atrás veo como una figura se acerca a mí. Pensando que es alguno de esos bichos que antes vi, cojo el cuchillo jamonero preferido de mi padre y apunto hacia el frente para defenderme. Pero una tenue luz revela la identidad de aquella sombra. Un chico alto y con rostro amable me mira fijamente.

Patricia Quesada Torres.

Mi extraño futuro

Y en un día normal , me desperté. Todo era exactamente igual que ayer: un día soleado en un barrio tranquilo donde lo único que se oía era el cantar de los pajaritos. Me levanté y directamente fui al instituto, donde, como siempre, soy invisible para todos. Al acabar mi jornada, llegué a mi casa, donde cuando terminé la tarea, acabé rendida así, quedándome dormida. A la mañana siguiente, ya empezó todo ha ser más extraño: ya no se oía el cantar de los pajaritos y la luz del sol no se asomaba por mi ventana. Por la curiosidad decidí mirar por la ventana donde vi un cielo de color lila oscuro, algo raro, ya que eran las 8 de la mañana. Seguí observando ese cielo extraño, hasta que me desmayé por ver a un dragón pasando delante mía.

Cuando me desperté, ya no estaba en mi casa, sino en un enorme y y azul campo de batalla luchando con ayuda de una «barita mágica».  Miré a mi adversario y me fijé que no tenía cara, que era una mancha roja que venía hacia mi cada vez más rápido con la intención de matarme. Por el echo de estar asustado o por el echo de no saber que hacer, dije las tres primeras palabras al azar que se me vinieron a la cabeza: -POM TUN PAN!- Y extrañamente, desaparecí.

Llegué a un lugar que no sabía que ni existía. Miles de «criaturas» -por llamarlas de una forma- rodeándome y mirándome con esa cara extraña -que en verdad no era una cara, porque no tenía ojos, ni nariz, ni boca, etc…- fijamente . Todos llevaban una túnica negra y cada vez me arrinconaban más y más mientras gritaban: únete a nosotros, únete. Estaba asustada, y como siempre, intenté huir. Pero esta vez no pude. Esta vez tenía que ser valiente por una vez. Me armé de valor, saqué mi «barita mágica» y empecé a decir cosas al azar. Lamentablemente, esta vez no funcionó y acabaron secuestrándome.

Me desperté en un habitación de 5 pareces, cada una de un color -roja, naranja, verde, violeta y azul.- y con una puerta en medio de cada una. Esas «criaturas» sin caras, me dejaron una nota que decía: elige bien la puerta de la pared, porque dependiendo de la puerta que elijas, estas eligiendo tu futuro. Leí esa nota miles de veces, hasta que tomé la decisión de salir por la puerta con el color más tranquilo, el azul. Me levanté lentamente y caminé hacia la pared azul, abrí la puerta con cuidado, y una fuerza de la gravedad me empujo hacía ella así entrando.

Cuando entré por esa puerta, no veía nada, solo oía el llanto de mi madre y el habla de unos enfermeros consolándola. Yo no recuerdo casi nada, lo que recuerdo es haber llegado del insituto, hacer la tarea y no volverme a despertarme más.

 

Un unicornio inesperado

Esa mañana llegó con mucha prisa la elfa Drahenis. Llevaba un bolso amarillo que desprendría un brillante reflejo por donde pasaba.
Sacó de el una brújula amarilla con destinos dorados, que indicaba siempre a la elfa el mejor camino que puede escoger cada día al levantarse.
Hoy, tocaba el jardín amarillo que, ya entraba la primavera tenía un color amarillo muy especial en el que se reflejaba el lago y bonitas flores mirando hacia el sol.
Drahenis iba muy contenta, como cada día en busca de un compañero para ir a la fábrica de diamantes amarillos a trabajar.
Su nombre es » Diamallo» y se dedican a pulir piedras y rocas extrañas de esta extraordinaria amarillenta tierra.
Camino a pulir «Diamallo» un rallo electrizante dejó por minutos a la pareja de elfos tetrificados . No podían moverse y de repente, escucharon una voz que venía de muy lejos, casi cerca del sol.
Al volver a la normalidad, la fábrica había desaparecido.
Drahenis y su compañero gritaban sin cesar y no entendían como semejante infraestructura había podido desaparecer.
Sus sueños e ilusiones habían desaparecido por arte de magia.
Estaban triste, porque no podrían seguir puliendo bonitos diamantes amarillos para ir ser vendidos en las grandes ciudades y con el dinero obtenido ayudar a los más necesitados en estos tiempos.
Sentados en una roca pensaban en como poder solucionarlo. Y fue entonces cuando apareció un unicornio bicolor, la mitad de su cuerpo amarillo y el resto azul.
Se acercó a los elfos y les dijo:
» Takaluncamenancasalia » y en su cuello llevaba un cartel que traducía: » Soy el mágico unicornio que viene a ayudarlos «
El unicornio había cambiado la ciudad de color, así como la fábrica y hasta la brújula y el bolso de Drahenis. Ahora se empezarían a pulir piedras azules que eran las que ayudarían a los más pobres a seguir viviendo en buenas condiciones.

Descubriendo mi vida dentro de La Historia

Una mañana se me ocurrió la idea de bajar al desván de mi casa, al que nunca íbamos ya que no había muchas cosas interesantes.   

Cuando llegué allí, después de bajar y bajar escalones, vi todo tipo de objetos. Estaba hasta el osito de peluche de mi hermana, al cual yo no le tenía mucho aprecio porque le faltaba un ojo.

En una esquina del desván había un baúl muy grande con muchos detalles. Al abrirlo, el polvo que tenía, me hizo estornudar durante mucho rato. Allí dentro había muchos recuerdos de mi familia: el joyero, las gafas, el reloj de mi abuela, etcétera. Pero no había nada de mi abuelo, del que yo no sabía ni como se llamaba. Empecé a rebuscar con la esperanza de encontrar algo sobre él.

Al fondo del baúl había una cámara de fotografía muy antigua, de esas que la fotografía salía al instante. Y debajo de la cámara, estaban las fotos, en las que no salía nadie de mi familia. En una de ellas aparecían unos hombres vestidos con unos uniformes a rayas, y en el lado izquierdo de su vestimenta, todos tenían un número. Sucios y con la ropa destrozada, comían sentados en un banco. La comida era muy escasa, un trozo de pan y un pequeño vaso de agua. Miraban a la cámara con una mirada muy triste. Al lado de ellos había un hombre, que supuse que era un militar por su uniforme y también porque iba armado. Me podía imaginar que se trataba esa foto, pero no entendía que hacía dentro de un baúl donde estaban los recuerdos de mi familia. Así, que decidí coger la foto y preguntar a mi madre.

Al día siguiente, en el desayuno, le enseñé la imagen a mi  madre y me dijo que no sabía que hacia eso en el baúl. Y después de decirme eso me echó la bronca por haber bajado al desván sin su permiso. Yo no creía que esa foto estuviera allí por mera casualidad, así que decidí recurrir a mi último recurso, mi abuela.

Fui a su casa sin pensármelo dos veces. Lo primero que hice al llegar fue enseñarle la foto. Nada más que ver la expresión de su cara, supe que lo que me había dicho mi madre no era la verdad. Mi abuela me dijo:              

-Andrew, siempre he estado evitando contarte esta historia. No me resulta agradable. Esta foto está hecha en un campo de concentración nazi y está hecha por mí. Yo trabajaba para los militares alemanes, quienes me encargaron hace fotografías a los prisioneros para mandarlas a otros países y tapar la realidad que allí se vivía. ¿Ves ese hombre de ahí? –señalando al militar de la fotografía-. Concretamente él fue quien me encargo ese trabajo. Él es tu abuelo, Josef Menguele, un militar nazi al que terminaron matando al final de la Segunda Guerra Mundial. Esta foto es parte de la historia de la familia, desafortunadamente o no, tiene que estar en ese baúl.

Aprendiz de mago

Nada más montarme en el avión supe que este sería un viaje diferente, sería un gran viaje como todos los que he realizado, pero este sería especial , una aventura me esperaba.
Venecia me abría sus puertas y yo estaba dispuesto a entrar con la cabeza muy alta, a mis 31 años había viajado muchísimo ya que nací en una familia con bastante dinero.
Al llegar al aeropuerto un señor con capucha marrón me esperaba, debía ser el hombre con el que había hablado días anteriores por teléfono, no sabía muy bien el motivo por el que estuvo tan ansioso de que viajara a verlo, pero algo me decía que era una oportunidad única, y yo tan impulsivo como siempre, viajé sin mas demora a su encuentro.
El señor me explicó algo que en principio no creí , empezé a creer que mi viaje había sido una pérdida de tiempo, hablaba sobre magia, sobre aprendices que estudiaban la magia , pero no la magia negra ni el budú , hablaba de magia, de magos coloridos, de fantasía, cuando terminó de hablar me quise ir dejándolo por loco, pero este hizo «algo» que me paralizó de arriba abajo , y ante mis ojos color caramelo comenzó a levitar, y a mover las cosas de su lugar con las manos, y cuando porfin pude moverme , atónico le presté más atención.
Resulta que me había estado buscando durante años, yo era el perfecto aprendiz de mago así que en los días siguientes se dispuso a enseñarme magia, y yo encantado aprendí todo lo que pude de ese señor, a día de hoy no se como consiguió desaparecer ante mis ojos y después de haberme dicho, encuentra tu aprendiz de mago, no volver nunca jamas, esto no se lo había contado a nadie, hasta que llegastes tú, chico , leyendo esto te haz convertido en mi aprendiz de mago.

Casi inmortales. ( Relato futurista )

14 de Diciembre,2895. He vivido más de medio milenio gracias a la famosa invención del Dr. DiCaprio, «Neverdeadx», comprimidos que alargan 50 años la vida cada vez que los tomas y que además conservan tu aspecto tal y como estaba el día que empezaste a tomarlos. Hasta hoy todos pensaban que podían decidir cuánto tiempo vivir, cuánto tiempo querían estar sobre la faz de la Tierra. Pero yo sabía que no era así, lo sabía, sin embargo nadie me hizo caso. Esta madrugada miles de personas de todo el mundo, han aparecido en la plaza Ío, en lo que parecía una especie de reunión, todo el mundo se comportaba de una forma extraña, pero qué digo, más que extraña. Habían estado inmóviles más de dos horas mirando fijamente el meteorito que había caído en 2576 justo en medio de la plaza, no hacían nada más. Su aspecto también era extraño. Todos tenían los ojos en blanco y sus cabellos parecían tener vida propia, como si una ráfaga de viento les hubiera llegado de abajo y les hubiera dejado el pelo de punta. De pronto, se elevaron, parecían volar, pero cuando ya habían alcanzado una altura mortal, cayeron. Os preguntaréis a qué fue debida tal cosa, bien, yo lo sé, ahora todos lo sabemos. ¿Qué tenían en común? Todos tomaban «Neverdeadx» y por eso grupos de científicos han estado analizando esta tarde muestras, después de unas horas han comunicado que los comprimidos parecían tener un componente jamás visto y además, radiactivo. También han pedido disculpas por no haberlo detectado antes, pero es un error irremediable, todos acabaremos muriendo por su culpa y la del Dr. Dicaprio, todos acabaremos como los que murieron hoy. Desapareceremos.

Carta de amor

Explícame, ya que siempre has sido el más listo o coherente de nuestra relación , cómo un sentimiento puede doler tanto, como algo invisible es tan profundo, dime porque solo podemos depender de ese sentimiento, explícame porque demonios nos empeñamos en enamorarnos incluso cuando sabemos que no es lo correcto.
No se a dónde quiero llegar con estas palabras, al fin y al cabo son solo palabras, y entre tu y yo siempre hubo más que eso, yo solo espero que el rencor un día desaparezca, que podamos recordarnos con cariño, recordando cada beso, cada abrazo, cada te amo, cada promesa , cada desayuno , cada sonrisa, cada caricia y esas formas que tenías tan maravillosas de darme besitos en los dedos de los pies, que aunque parezca una tontería es algo que añoro con toda mi alma… Solo espero que nunca me olvides, que no olvides que fui yo la que te hizo sentir esas mariposas, que fui yo a la que te comías con los ojos para después hacerlo en la cama. No olvides que yo fui tu primer amor al igual que tu fuistes el mio, y si algún dia te llegas a enamorar de nuevo, no olivdes quien eres y quien fuistes conmigo, tan solo espero que sigas siendo perfecto y que puedan verlo otras como yo, que te hagan feliz y que te saquen mil sonrisas, que nuestra ruptura no acabe contigo , que toda tu risa le gane ese pulso al dolor, y si el destino me lo permite, volver a encontrarnos en un futuro y poder cumplir esas promesas que te hice como la de evejecer juntos, porque querido, alguien nos tatuó en el corazón que tu estabas para mí y yo estaba para ti, tu lo sabes y yo lo sé… Porque siempre te amaré más que a nada ni a nadie.

Relato futurista.

Tras los derrumbes sufridos en los últimos tiempos y las lluvias ácidas cada vez más frecuentes, los reductos humanos estaban mermando.

Jake vivía en una de las últimas colonias existentes en la troposfera, ya que la gran mayoría se ubicaban ahora en el manto terrestre, a más de mil kilómetros de profundidad. Las guerras civiles habían acabado con la mayoría de la población cuando los monarcas decidieron aniquilarse mutuamente mediante el uso de potentes agentes bioquímicos. Mediante la combinación de ADN de mamíferos y diversos frutos conseguían potentes medicinas y los  sueros intravenosos en los que los supervivientes se veían obligados a trabajar todo el tiempo del que disponían.

Jake no era una excepción, y a pesar de su edad, que ya sobrepasaba los 150 años, no había conocido el exterior de su casa burbuja, hasta que llegó el día.

Es por ella

Un año y medio con ella, parece bastante tiempo pero con ella el tiempo se va volando, muchas horas con ella, miles de anécdotas juntos.                 Aunque ahora no este aquí, debido a que hizo un viaje para estudiar y cumplir su sueño de ser presidenta, ya se que es difícil pero no se puede ser negativo ya que de sueños vive el mundo. 

Dentro de cinco meses hacemos dos años juntos. Ella viene dentro de un mes asi que me gustaría hacerle una buena bienvenida, una cena romántica, y luego un paseo por la vera de la playa al anochecer.                                                                                                                                   La hecho bastante de menos, estos meses se me harán eternos, pero valdrá la pena, porque la espera, es por ella.

 

Escrita por: Álvaro del Rosario.

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