Daily Archives: 23 abril, 2013

Sucesos inesperados

Día 1
Hoy soy una preciosa criatura con una mínima pelusa en la cabeza. Tengo unos grandes y expresivos ojos, aún cerrados a un mundo de vivencias y experiencias fascinantes, unos preciosos labios rojizos y carnosos y un cuerpo pequeño y delgado. A pesar de ser nuevo aquí, ya emano una gran fuerza de mis puños y unas fuertes ansias de respirar, saborear, descubrir y de comerme el mundo. Hoy por hoy, a ojos de todos sigo siendo un pequeño e inocente angelito.

Día 366
Tras un año en este lugar ya me he podido percatar del funcionamiento de este mundo y me siento cada vez más fuerte y capaz. Ya tengo un poco más de independencia en mis movimientos y he conseguido encontrar la manera de llamar la atención de quién yo quiera. También he probado nuevos sabores y texturas. Siento que ya medio mundo ha pasado por mis pequeñas manos y que dentro de poco podré llegar a ser alguien.

Día 731
Cada vez más grande y más fuerte. Ya como de casi todo y tengo un pelo castaño claro precioso. Mis ojos son verdes y sigo teniendo los labios tan rojos y carnosos como el día en que nací. Mis dientes son blancos y de ellos ya brotan palabras entrelazadas que forman oraciones. Soy un niño tranquilo y tímido, pero más que nada soy feliz.

Día 863
Hoy es mi cuarto día de escuela y lucho por sobrevivir en este campo de batalla. Acostumbrado al calor de mi madre y a no tener problemas que solucionar, esto no se me hace fácil, pero tengo que adaptarme. Ya no soy el bebé que era, he madurado. Ahora como comida de mayores y voy al colegio con niños mayores. Ahora tengo obligaciones y debo tomármelas en serio.

Día 1954
Como si mis responsabilidades fueran ya pocas, ahora son incluso mayores. Hoy ha nacido mi hermana pequeña y me siento responsable de ella. Soy la influencia de la pequeña María y debo cuidarla como a mi vida.

Día 4016
Hoy es mi undécimo cumpleaños. Ya estoy en el instituto y mi hermana es una preciosa niña. Por ahora no me parece muy difícil el instituto y me siento bien, a pesar de no ser lo que yo esperaba encontrar.

Día 4439
Estaba en el instituto cuando me llamó el director, que estaba acompañado por dos hombres muy serios y uniformados con placa y pistola. Me senté en el despacho asustado, hasta que uno de ellos me habló. Me quedé callado sin responder. Me llevé las manos a los ojos y me eché a llorar. Mis padres habían tenido un accidente de tráfico y mi hermana y yo nos habíamos quedado solos. Ahora debo parar de llorar y preocuparme por mi futuro y el de la pequeña María.

Día 6206
Tan fuerte me creí siempre y tan débil que soy. Intenté abarcarlo todo y lo único que he hecho ha sido hundirme, pero ya no puedo salir. Ahora fumo y bebo, soy un drogadicto. Ya no espero nada de mi futuro.

Día 10258
Estábamos en medio de una acalorada discusión. Ella me gritaba y yo le gritaba aún más, hasta que la golpeé casi sin tener consciencia de ello y se desplomó. Comenzó a sangrar y no respiraba. Yo me asusté. Definitivamente estaba muerta. El miedo me invadía, no supe qué hacer. Lo único que podía pensar era el asco que sentía por mi mismo y lástima por ser un pobre desgraciado. Me había convertido en el mismísimo demonio. No supe controlar mi ira ni mis sentimientos desenfrenados. Simplemente había acabado con la vida de mi novia por mi simple egoísmo. ¿Mi decisión? Desaparecer. Adiós.

Irene Cruz Hernández

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Bien entrada la tarde todos ríen. Junto al mar agitado augurando la tormenta inminente las gaviotas vuelan alto en el cielo opaco, y la Luna, asomando, da la bienvenida a una larga noche. Cataratas de sentimientos brotan por las calles a esas horas, sentimientos que serán corrompidos repentinamente. Sin saberlo, lentamente el sabor dulce pero a la vez amargo de la velada va embriagando a las jóvenes almas allí presentes. Almas puras y limpias teniendo su primer contacto con el diablo, que poco a poco entrará en sus vidas sin ser percatado. Almas que al intentar confesarse serán calladas con el más profundo silencio. Rostros sombríos espantan cualquier recuerdo feliz. Rostros eufóricos intentan hacerse hueco en esta galaxia infinita.

Querer esconderse en un mundo vacío y sin luz por miedo a la verdad no puede ser una opción para ningún ser. Enfrentarnos a nuestros miedos debería ser nuestra única ley. Solo hay un único ser maligno que pueda dañarnos más que cualquier otra cosa en el mundo. Y ese ser habita en nuestros pensamientos. Nosotros.

En el vídeo se ve como dos personas se conocen a través de una bolsa »mágica» por así decirlo. Era extraño ver como una caja fue capas de transportar un mensaje de un lugar a otro completamente diferente. También fue extraño para los protagonistas. Se fueron conociendo poco a poco tan solo a través de mensajes enviados por la caja roja. Quedaron pero como ya estaban acostumbrados a hablar por mensajes sin utilizar la voz, tan solo escribían notas y se las enseñaban el uno al otro aun estando delante.

Por un lado, la tecnología es buena y te permite conocer gente como les ha pasado a estas dos personas. Pero sin duda lo que han echo estas dos personas es excesivo. No hay mucha diferencia entre lo que se ve en el video y la realidad actual con las redes sociales. Hoy en dia hay casos incluso peores de gente que no se conoce de nada y mantienen relaciones via internet, lo mas que me sorprende es que no sienten la necesidad de ver a esa persona a la cara ni nada por el estilo.

Por otro lado, haciendo eso lo unico que consiguen es desconectarse del mundo cuando esta maquina deje de funciona, como tambien se ve en el video. No hay nada que se compare a quedar cara a cara. Y con tantas tecnologias lo que van a conseguir es que la gente no salga de sus casas.

 

El Atropello del diablo

Ernesto parece un simple adolescente. Uno que no pasa desapercibido, por estar anclado a una silla de ruedas. Ernesto es joven, tiene ímpetu y evita el tema. Es fuerte, aunque tiene la timidez propia de alguien con defectos físicos que no han sido superados. Su mente solo piensa en lo que pudo pasar y no pasó. Ahora le reconcome de nuevo la vieja historia, inexplicablemente.

 

Se ha mantenido igual desde que era un crío; Son sus mismos ojos marrones los que me miran y su pelo negro el que ondea. Lleva una década atormentado, refugiado en su nido por aquello que ocurrió, que pudo haberse evitado. Ernesto hubiera preferido que fuese él, y no un ángel, como él lo llama. Prefiere haber sido él quien estuviera en el sepulcro, y que fuesen a él todos los suspiros, y que no le embriaguen en vida todas las miradas de lástima.

 

Esta situación tan desafortunada data de hace unos años. Para la memoria del chico esta tragedia no es tan lejana.

 

Se hace tarde. El cielo es del color azul de sus acuarelas, las que con tanta deferencia mantenía cerradas en su enorme maleta a rayas de gamas rojas y amarillas. El niño no piensa en otra cosa. Solo quiere acompañar a su hermano mayor a las clases de dibujo, y allí encontrase con su amigo Gabriel, para jugar y pintar.

 

Caminan por el recorrido habitual, sin que nada llame su atención. Observan el suelo adoquinado y van mirando como el firmamento aparece poco a poco en el cielo, que se va tiñendo de naranja negruzco.

 

De forma repentina, el niño siente dolor, sus ojos se cierran y se abren inexplicablemente, se siente confuso, y en su boca salivosa, su papilas saborean algo amargo. Su hermano sigue caminando, pensado que Ernesto solo hace las payasadas propias de su edad. Pero se empieza a encontrar muy mal, le duele el estómago como si le clavasen una vara de hierro afilada, ve el cielo cada vez más negro, un sentimiento de alarido interno le dice que nada va bien. Para él la situación es muy real, aunque ante sus ojos viese el cielo gris y las palomas que vuelan por la calle se hubieran convertido en unos animales parecidos a ciervos, o mirlos. Una sensación sofocante que le hacía marearse, tambalearse, y que manchaba todo de negro. La gente empezara a bajar sus cabezas… Todo era real; los cuervos, el color fúnebre del cielo, la gente apesadumbrada. El tono rojizo de la lava parecía emanar del asfalto, de aquel que pisaría cuando cruzara de acera. Aquel niño parecía haber visto, de un momento a otro, el tenebroso camino del limbo a las tinieblas.

 

Empezó a llover. Siguió caminando, como si no le observara el Ojo de la Providencia. El niño se sentía aliviado, no sabía por qué; sabía que algo le poseía, pero aún así continuó. Se disponían a cruzar la calle. Se paró. Ernesto vio vadear a unos hombres la calzada a caballo, a gran velocidad. Vio como los animales negros se colocaban en frente suyo, detrás de la bruma que dejaba la lluvia. Uno de los jinetes, que llevaba una capa negra arrugada sonrió, dejó ver sus pocos dientes y su cara desfigurada y le dijo al crío, haciendo un gesto con la mano: «Ven, y mira´´, con un tono grave como el de la tormenta. Le había hablado la muerte.

 

Su hermano se quedó impactado. Ernesto gesticulaba y hablaba y empezó a caminar hacia su alucinación por el paso de peatones, hacia la otra acera, donde estaba el diablo. El semáforo no se lo permitía. Pasa un vehículo rápidamente. El conductor se acerca cada vez más a Ernesto. El hermano corrió hacia él para evitarlo.

La tecnología y sus ventajas, (y desventajas).

Los avances cada vez se suceden más rápido. Un ejemplo sería el desarrollo de los ordenadores y de internet.

Esto es positivo, ya que cuanto más rápido avance la tecnología, más podemos llegar a conocer. Basta con imaginarse la vida en la Edad Media para saber que no era algo agradable vivir en la ignorancia absoluta, trabajando 12 o más horas todos los días simplemente para sobrevivir, para estar ahí el día siguiente, para dejar descendientes que hiciesen exactamente lo mismo que ellos.

Actualmente la revolución tecnológica nos permite no tener que realizar las tareas más peligrosas, tediosas, degradantes y en definitiva odiadas por todas las personas. Es cierto que antes la comunicación directa, es decir, sin usar ordenadores, móviles, etc. Esto era más fluido y las personas se podían relacionar mejor; pero actualmente podemos hablarnos aunque estemos a doscientos mil kilómetros de distancia, incluso aunque una de las personas esté en la Luna, y la otra en el Polo Norte de la Tierra, por poner un ejemplo. Si hace 150 años sucediese algo en un país lejano donde tuviésemos parientes, por ejemplo Argentina o Chile, debíamos enviar cartas que además no siempre llegaban a su destino y que tardaban semanas y semanas en llegar, por lo que la respuesta a la carta tardaría casi medio año en llegar.

De todas formas, es simplemente sentido común. ¿Acaso estaríamos dispuestos a renunciar a la tecnología sólo para volver a tener un poco más de relaciones con otras personas? Algo que ni siquiera sería cierto, ya que las relaciones siguen existiendo y los que se escudan en la frase: Pero ahora nos cuesta más expresarnos en persona. Esto no es algo que debería pasar, simplemente es más cómodo decir eso y seguir usando el What’s Up que relacionarnos de una forma supuestamente más humana.

Además, ¿Acaso no es cada día más sencillo y barato hablar con esas otras personas?

En definitiva debo decir que no se debe temer a la tecnología. Técnicamente no deberíamos ser capaces de crear algo superior a nosotros, ya que eso nos volvería a convertir en más inteligentes que nuestras creaciones. Aunque en el mejor de los casos, (o peor, según como se mire), esto probablemente no pasará hasta que los nietos de nuestros nietos tengan hijos.

Las Guerras del Fin.

-Señor, un explorador del Consorcio se acerca. Si mis cálculos no son incorrectos, se aproxima rápidamente, quizás demasiado rápido si tenemos en cuenta cómo ondea su capa carmesí y cómo atraviesa las dunas.- comentó un joven alférez con aire de suficiencia. Sin duda había cumplido su misión; avisar al coronel de cualquier novedad.

-Ya lo he visto, muchacho, no estoy ciego, sólo viejo.-replicó el coronel.- ¡¿ A qué esperas?! Vamos, trae algo de vino tinto para el explorador y avisa al resto de mandos; tenemos que celebrar una reunión extraoficial.

-Por supuesto, perdone mi falta de reacción, coronel…-El alférez estaba indeciso, era evidente que algo lo incomodaba.

-Hijo, se nota que estás ocultando algo. Diga qué le preocupa tanto, es una orden.

-Señor, el explorador va montado en algo sinuoso y alado… Algo que no debería encontrarse en este continente, un dragón escarlata.

 

Unas horas después, en la tienda de campaña del coronel…

-Mi coronel, el miembro del Consorcio está padeciendo una grave fiebre. Los chamanes tuareg hacen lo que pueden, pero sus primitivas medicinas apenas consiguen aliviar el dolor que sufre.-relató el teniente al mando del poblado.-Sin embargo, los iris se le han desteñido por efecto de sus mejunjes, y ahora el color amarillo es el predominante.-informó.

-En ese caso lo dejaremos descansar. Ya he mandado llamar a dos de los mejores médicos de la provincia, y lamentándonos por su salud no lograremos nada.-Tras una incómoda pausa, el coronel prosiguió la conversación.- ¿Ha dicho algo desde que ha llegado esta mañana?

-No, nada más llegar se derrumbó y empezó a retorcerse de puro dolor.-Comentó el curtido militar.

-Oficial, he escuchado que iba montado en un dragón escarlata. Sé que usted estudió la anatomía y fisiología de esos animales en Siracusa, así que cuénteme lo que sepa sobre ellos.-El coronel parecía preocupado, y no era para menos; un dragón escupefuegos supondría muchos riesgos que quizás no estaría dispuesto a correr.

-Bueno, debo informarle de que no se trata de un dragón escarlata. Es una subespecie desértica denominada dragón dúnico, ya que vive enterrado bajo la ocre roca del desierto. Un dato que…

-Bien, bien, bien.-interrumpió bruscamente otro oficial de alta graduación.- Eso es un alivio, ya que esa especie no es capaz de expulsar fuego; y por lo tanto, de quemar nuestros, ya de por sí, herrumbrosos carros.

-Almirante Longhearth, es un honor recibirlo.-saludó el coronel.-Y aún más teniendo en cuenta que estamos a más de 500 km de la masa de agua más próxima.

-Ya, lo mismo le digo coronel Hierro. Se cuentan numerosas hazañas suyas, a cada cual más increíble que la anterior.-dijo el marino.- Pero vayamos a lo que realmente nos concierne, la guerra contra los seres áureos.

 

Mientras tanto, a más de medio millar de kilómetros, mucho más cerca de la civilización…

-Desde aquí se pueden distinguir las dos figuras en la lejanía, sin embargo, al acercarse es posible comprobar que se trata de cuatro seres; una pareja de jinetes y sus respectivas monturas, milord.- Destacó el pequeño y regordete mayordomo.

-De acuerdo. En ese caso podemos dar por hecho que nuestras defensas en los litorales y nuestras… mascotas marinas no han podido frenarles.-Dijo el duque de Siracusa.- Llama a la guardia de cobalto, tenemos que prepararnos para lo peor.

-Sí, milord.-respondió el intendente.

Sin embargo, se dio la vuelta y preguntó: -Milord, ¿ha llegado el mensajero?

-Eso me temo Sr. Hobson.-Respondió una voz incorpórea desde el otro lado de la amplia sala cubierta por azulejos añiles y blancos.

-Hobson, déjenos a solas, por favor.-ordenó el burócrata.

-Como usted desee, milord. Buena suerte.

 

19

Desde hace mucho tiempo eres la persona más especial que ha entrado en mi vida. Han sido casi doce meses perfectos, en los que hemos vivido llantos, risas, sorpresas, ilusiones, desilusiones, tristezas, alegrías, pero sobre todo el amor que nos tenemos el uno al otro.
No sé si eres el hombre de mi vida, pero si sé que en todo este tiempo te has comportado como si lo fueses. Eres perfecto para mí, me das lo que necesito, me comprendes como nadie,me apoyas siempre que me ves hundida. Tienes todo lo que siempre había querido encontrar en un hombre.
Has cambiado por mí, cosa que no te veía capaz de hacer. Yo, al igual, he hecho por ti lo que nunca pensé que llegaría a hacer por una persona. Has sabido llevarme en todo momento. Y eso lo digo porque has hecho que no me canse de ti y que a día de hoy sigo compartiendo mi vida contigo. Sigo pensando que aún tenemos nuestras diferencias, pero no cambiaría eso por nada. Tú eres como eres, y eso me encanta. Me haces sentir la mujer más especial, y solo tú me has podido valorar conociéndome de verdad.
He sentido cosas por chicos, pero lo que he tenido contigo desde el primer día han sido un cúmulo de sensaciones, que aún sigo sintiendo. Y eso nunca lo había conseguido antes nadie.
No voy a olvidar nunca nuestro primer beso, nuestro primer abrazo, nuestro primer llanto. Nada. Porque contigo todo ha sido importante.
Eres lo mejor 19

Soraya Suárez Castellano 4ªA

Año 3313

Año  3313: Escribo desde una tierra desconocida a la que llaman Delta.

Delta es un planeta creado por los humanos hace más 90000 millones de años, las leyendas cuentan que un humano llamado  Jeorge Delta Rivertsoon, era un físico que demostró mediante un proyecto, que se podían crear planetas con una serie de materiales orgánicos e inorgánicos. Así como estudiamos en las Deltlitas o como bien lo llamaban antes, colegios u escuelas, estudiamos el origen del planeta Tierra y tras su creación, nuestro planeta.

En Delta  no existen esos tipos de humanos, esos que funcionan con órganos y sentimientos, aparentemente, somos como ellos pero por dentro, somos máquinas, no podemos sentir dolor ni amor, y por ello, ni ningún sentimiento, tan solo podemos funcionar como máquinas.

Mi madre de pequeño me contaba cómo era la vida antiguamente aquí en Delta y parece igual a como era en la Tierra hace miles de años , todo aquello que cuentan en libros de historia, parece ser igual que aquí pero con una pequeña diferencia, los tipos de humanos.

Aquí no practicamos deporte, cambiamos esas extrañas acciones por jugar con ordenadores o inventar cosas, nos parece mucho más productivo y educativo.

Delta es conocido como el ‘’Planeta de la tecnología’´.

 

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