Una razón para vivir.

Me encontraba en lugar donde no me sentía bien,no veía, donde no respiraba.Me acuerdo cuando aún podía respirar, era algo maravilloso sentir como todo se resolvía de una manera que ni yo podía imaginar, cuando aún veía podía reconocer cada color, personas, cada lugar.Si eso ocurría yo me sentía bien algo que creía que poco a poco iba perdiendo.

Todo empezó aquella mañana, estaba escuchando música cuando derrepente mi vida se fue apagando, pensé que sería el cansancio o que me volvía loca, pero jamás imaginé que poco a poco me moría porque la vida me estaba quitando lo que yo mas quería.Estaba todo oscuro no veía nada, ni colores, ni personas , ni lugares en ese momento me estallo el corazón ¡No podía ver!

Estaba ciega algo que a todos nos da miedo , reconozco que las primeras veces me moría, no sabia que hacer ni si quiera que decir había perdido la vista, pensaras que no es tan malo para una persona normal pero yo no era alguien normal , yo era un artista.

Me dedicaba en ese entonces a pintar cuadros, preciosos cuadros.Era maravilloso cuando podía pintar, podía sentir el aire que respiraba no solo veía los colores, los sentía dentro de mí, me sentía bien .Siempre estaba en las calles o en cualquier sitio pintando, que para mi no era pintar era crear era algo mágico y yo tenía ese don, los primeros días no pude crear por lo que me derrumbe pero pensé si la vida te da limones haz una limonada, no tenía nada que perder así que como buen amante del arte me inscribí en un curso de teatro.Quería probar cosas nuevas , pero me rechazaron me dijeron que no podían aceptarme por ser ciego, algo que no era malo si no porque no podía controlar bien los espacios del escenario o los pasos de mis compañeros.

Eso me destrozo y perdí la confianza en mi  no obstante seguí avanzando , en cada lugar me rechazaban por lo mismo ¿Quizás la vida no quería que fuera un gran artista?¿Quizás no debía enseñar a los demás lo que se? ¡No!

Después de varios meses sin hacer nada, decaído por lo ocurrido mi hermana me llamó, quería saber como estaba asi le conté como me sentía.Me dio una razón para vivir , me dijo que me dedicara a la música que eso era algo muy bonito, directamente me negué pero volví a recordar lo que días atrás era mi lema, si la vida te da limones haz una limonada.Me puse a ello tan pronto como pude , me presente a concursos,clases de canto e incluso practiqué tanto que me puse enfermo pero nunca me rendí y ahora me encuentro feliz porque la verdadera razón de mi existencia es mi familia gracias a ellos por apoyarme hoy soy como soy y eso es lo más importante.

No dejes de hacer lo que más te gusta por tan solo una mala pasada, tienes que pensar que cada uno es único a su manera y si no puedes hacer algo intenta hacer otras cosas pero no dejes de perder el espíritu y fe en ti, esa es la única razón para vivir.


Comentarios

2 respuestas a «Una razón para vivir.»

  1. Me gusta la fuerza del relato. Lo más díficil quizás sea saber cómo comenzar o acabar un relato; cuestión de practicar y leer mucho. En este relato, como me suele pasar con muchos alumnos que pasan por el taller, me entusiasma más lo que puede llegar a ser este texto corregido (sobre todo la puntuación, el cambio de género femenino al masculino, y alguna faltita, nada que no tengan otros escritores cuando son creativos, pero solo por seguir mi argumento). Ganaría muchísimo. Ganaría pausa. Ganaría solidez y solo nos centraríamos en esa historia. Me gusta cómo retratas el mundo interior de la pintora (o pintor, lo de los géneros me confunde al leerlo), cómo se puede casi sentir su dolor por perder la vista y cómo logró volver a sentir los colores.

    Pero el texto tiene hallazgos. El refrán llama la atención porque, en un texto escrito con buen ritmo, un lenguaje que no es culto -en el sentido de pedante, de demasiado culto, de tratar de engañar al lector usando un lenguaje artificial pensando que eso es escribir bien; ojo, escribir bien es usar la riqueza del lenguaje, pero no para «aparentar» que se escribe bien- pero tampoco vulgar, y de repente encuentras un refrán. Y lo repites. Ese efecto me hizo sonreír, buscado o no, da igual, el texto lo tiene y le da encanto. Me gustan además varias frases. Mi favorita: «podía sentir el aire que respiraba no solo veía los colores, los sentía dentro de mí, me sentía bien». Parece simple, pero encierra todo un universo. Chéjov escribía con aparente sencillez, pero en sus frases recorría los sentimientos humanos y todos piensan que es uno de los grandes escritores de todos los tiempos -lo es-, tanto en teatro como en relatos cortos, donde es un maestro y un referente para los escritores de relatos cortos.

    Este relato es un buena prueba de que practicando nos acercaremos un poquito más a los buenos relatos de los buenos autores, con nuestro estilo, nuestra voz, pero este relato, para un alumno de secundaria, me parece que tiene hallazgos fantástico. El relato es muy interesante, qué pena no tener más días para poder hablar de lo que escriben y cómo mejorar algunos aspectos. Vuelvo a lo de: revisar la ortografía, leerlo en voz alta, la puntuación… eso lo cambia todo porque para conducir necesitamos conocer las reglas de tráfico. No hay otra.

    Cuando llegue el momento en tu vida que decidas pararte a revisar lo que escribes vas a descubrir que dentro de ti hay una escritora queriendo salir afuera. Creo yo. ;-)

  2. amandas13noe@gmail.com'
    Noelani

    Me encanta el relato. Creo que lo único «malo» por así decirlo es alguna falta de ortografía o puntuación, pero eso es algo casi normal que con el tiempo y práctica se va afinando. Tanto la naturalidad como la hermosura con la que transmites los sentimientos -tanto buenos como malos- del artista a lo largo de la historia y el detalle con el que los describes hacen que sientas lo que él o ella siente y eso es algo que no muchos saben hacer. ;-)

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