resonante
Aquella era, sin lugar a dudas, una nueva batalla

Cuando la llamaron del hospital a las pocas horas de haber salido de él, notó cómo su corazón daba un vuelco. En la pantalla de su móvil inteligente leyó: “Marta”, la joven doctora a la que conocía de las dos veces anteriores en las que había estado ingresada para tratarse del cáncer que, con paciencia, logró vencer. Se le heló la sangre y apenas podía reaccionar. Pensaba que aquella mujer tenía los resultados de las pruebas médicas a las que un rato antes se había sometido, y con solo pensar en una recaída en la enfermedad, su cabeza se llenó de imágenes dolorosas en cuestión de segundos. Otra vez no podía ser, no estaba preparada para luchar de nuevo. Cuando por fin descolgó el aparato, tras cinco tonos interminables, escuchó la voz delicada de su amiga con una entonación firme, muy seria:

—María, ven al hospital. Tu hijo ha tenido un accidente de moto. Está grave.

Aquella frase le golpeó su vientre con una vehemencia desmedida y sintió cómo su respiración se  cortaba. El teléfono se le cayó de las manos, que, como el resto del cuerpo, empezaban a temblar con ansiedad. Cayó rendida sobre el sillón, desorientada, y el mundo, al menos el suyo, se detuvo. Desde aquel instante deseó cambiar el destino aciago de su único hijo por el suyo, e imploró volver a sufrir el cáncer antes de que a él le pasara algo.

María, tan menuda, tan fortalecida por los golpes que había recibido a lo largo de sus cuarenta y siete años, supo entonces que si para algo no estaba preparada era para comprobar cómo aquel veinteañero perdía la vida; y que la opción ahora es la misma de antes: luchar. Ella estaba dispuesta a todo; también a preguntarle por qué a la vida. Su cuerpo ajado apenas mostraba los signos de la guerra y como una joven luchadora dio, quizá sin saberlo, el primero de muchos pasos en la que era, con toda probabilidad, una nueva batalla.

 


Comentarios

5 respuestas a «Mi vida o yo»

  1. Me gustan muchos pasajes. La historia es extraña porque parece un sueño; una enfermedad vencida dos veces, y cuando parece que va a hablar de eso, de repente el hijo. Esa señora tiene la mala suerte clavada en la espalda. Es como una especie de inicio de novela o de relato más largo, porque te quedas a medias, como si hubieras puesto la mesa, los cubiertos, los adornos, todo el mundo sentado, etc. pero no hubiera llegado el primer plato. Me parece muy bueno el último párrafo. En general, me parece que tienes un estilo muy interesante y que irá a más, si trabajas y sigues escribiendo, estas historias son complejas de rematar porque abarcan un universo complejo en pocos párrafos.

  2. El tema es: ella está dispuesta a todo, y como lector me pregunto cuál es ese todo. En el relato no das pistas: te quedas con la mujer enfrentada al dilema, pero no desarrolla el dilema para actuar. SIn embargo, no me parece un relato flojo ni mucho menos, me parece que, como el 99% de los que escriben en el taller, tienen un montón de puntos fuertes que son en los que tenemos que apoyarnos. El resto son detalles y no por hablar de los detalles implica que me centre en eso, al contrario, lo que veo es todo lo demás y para aprender y mejorar señalo lo que considero que puede ayudar. ;-)

    1. tomasgmon@hotmail.com'
      Tomás Galván

      ¡Hola, Julio! Me gusta que señales algunos puntos que «desde dentro» del relato se me escapan. Llevo tiempo con la historia de María rondando en mi cabeza: es un personaje a la que quiero acompañar en un proceso duro, colvulso y desconcertante. Este es el principio de lo que ella quiera. Estoy entusiasmado ya que deseo que todos conozcan su historia y la de su hijo, y llegaré tan lejos como pueda. Hay muchísimo que perfilar, matizar y concretar. Como muestra el título, «Mi vida o yo», habrá que tomar decisiones vitales. Aún quedan billones de vueltas que dar a la historia. Gracia por las matizaciones.

      Nos vemos en el taller. Saludos.

      1. ¡Hola! Claro, es que si no es un relato, es lógico que me parezca incompleto. Si forma parte de algo más grande, pues habrá que esperar, yo pensaba que era un relato. Es genial que tengas una idea en la cabeza y que la lleves adelante, mucha suerte con ese proyecto. Nos vemos el jueves. Un abrazo. ;-)

        1. Por cierto: a las imágenes hay que ponerle de dónde salen, ya sea blog, sitio web, etc. Porque tienen copyright y las estás usando sin permiso del autor. Normalmente, se añade al final del texto, en letra más pequeña, y si tiene licencia Creative Commons de difusión, como este blog, es obligatorio añadirla. Ya hablaremos en clase de eso, pero que pongan imágenes me parece estupendo, es solo añadir de dónde y a quién pertenece -si el lugar del que la cogieron lo pone-. Otro abrazo.

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