Tú, mi diosa de la naturaleza,
hiciste de mi viaje un eterno combate,
volando por estos lares,
escuchando tan bellos cantares.
Como un diente de león al viento
veo la vida pasar sin ti.
Como un diente de león al viento,
es liberada como me siento.
La felicidad me la da el vuelo,
tan simple y ligero,
meciéndome con la tierra,
Mi lugar eterno.
Ahora en las alturas,
con los pájaros acompañándome.
Me despido de tus palabras
Con un bello canto.
Dame la alegría de tus ojos,
la sonrisa de tu voz,
Dame una alegría al son
de mi corazón.
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