Aprendi que para conseguir algo hay que darlo todo, aunque el tiempo tiemble, las ganas caigan o la esperanza se desvanezca.
Si no empiezo por creer en mi misma, ¿quién lo hará? Puede que la hipocresía sea una costumbre pero es mejor dar ejemplo.
Más allá del dolor, del sufrimiento y de las ganas de llorar, estaré yo. Llámame futuro o parte de tu consciencia, las etiquetas no importan mientras logre mi cometido…salvarte.
Salvarte de caer en el círculo vicioso, aquel que te desgarra por dentro como los monstruos de la antigua Grecia. Salvarte del olvido de lo que realmente hay que tener en cuenta, lo que tú vales.
Dame la confianza y el poder. Confianza de ser la persona que de tu mano camine y te lleve al despegue de tu sonrisa, poder para ser el espejo que refleje en tu vida lo bueno que puedes aportar.
Atentamente: Una rubia con versos de poeta.
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