Los cuentos de la inocencia IV

Siento una atracción por el dolor, el sufrimiento y el amor.
Nunca había visto mis manos tan blancas, ni tan frías, nunca me habían escosido tanto las heridas, ni las lágrimas tardaron tanto en prenderse.
Y sigo aquí, en este lugar poblado de gente sonriente y vaga, que ignora el dolor de uno, nadie se da cuenta de como me duele.
Quiero cerrar los ojos, y ir oyendo el lento y apagado golpeteo de mi corazón, hasta que se canse de llorar.
Esta cuchilla ya esta muy manchada, ya esta muy oxidada, ¿Por qué la cargo con tanto peso?, ¿Por qué la hago sonreír de esa manera?
Me cuesta mucho mantener la respiración, me cuesta mucho sentir el pulso del corazón que me llama.

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