Pues fingiendo, fingiría no haberte amado

Algo le pasa a mi cabeza, ya pienso que todo lo he olvidado, que todo fue hace mucho. Hace mil años pensaba en todo, en aquello que me parecía digno de cuestión.

No soporto que la acción pasada quede sin pensar, puede que ese néctar fuera fruto de mis delirios, entonces, ¿Estoy loco, distraído, ebrio o desangrado?

Ya no se lo que digo, no siento correr el aire que transporta las palabras densas por mi oído, mis ojos ven desde la mirada de otro que me arrebata la vida.

Siento, y doy fe, de que no soy el mismo, no soy el viejo poeta que veo cada mañana en el espejo, con su alegre melena cana y sus dientes perforados recopilando una sonrisa.

No hay mas burda sensación y creencia de ser feliz y descontento al acabar el día, pensando que al dormirte no volverás a despertar, y a la mañana siguiente crees que todo fue y solo fue, nada mas que una mentira.

¡Que dolor tan absurdo y antimelancólico es este!, cuan arrepentida es el recuerdo de mi acción nefasta, de mi fatal error ante la vida y el alma humana tras caer en una epidemia de sueños irreales, que dudamos si son verdad.

Pues este pensamiento está ahí, en mi vacía cabeza antes llena de librerías, pero no lo veo, y hace su puesta en escena en mis ratos de evasión por doctrina que me ejerce.

No mamemos más del pesar de la tranquilidad, ser nervioso y adicto a este falso buen vivir, pues ni Sade es tan libertino con la enfermedad que padezco.

La realidad ahora parece un cuadro que se mueve.


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