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Posts by: Z-OtrosAutores

mirada de algodón

Desde la fria torre, en el castillo de mi interior te envio una botella con una nota.
No es una típica para que me salves, tampoco pido socorro.
Es mas una de esas notas de desahogo, de las que tras llantos, sonrisas, suspiros y melancolía, escribes lo que fue, lo que te pasa y lo que sueñas que será.
Así, tras una cúpula de cristal, tan frágil como fuerte para mi, veré tu reacción.
Desde lejos podré contemplar en tus ojos lo que tus labios no se atreven a gritar, un llanto misericordioso de empatia.
Quisiera una oportunidad, la oportunidad de que las estrellas se confesaran. Y en esa noche que descubrieras mi nota de piedad, me contaran cómo fueron esos llantos de sal.

Absurdo

«¿Cómo comenzar un final? Es tan absurdo que resulta cómico. Y asi, tan absurdamente estoy aquí. Escribiendo algo que quizá nunca llegues a leer o si quiera a entender ¿El qué? Todo lo que llevo dentro. Siento que como un pañuelo me usaste y cuando dejaste bien limpia tu conciencia, como si fuera don limpio, volviste a deshecharme ¿Crees que el tiempo no se reirá de ti? ¿Crees que te librarás de la ironía del karma? Já, permíteme burlarme.
Querida compañera de pensamientos, no me uni a ti por físico, era más simple que eso. Conectábamos. Te quedas en la cosa de que fue mentira ¿Se puede fingir tan bien? Ni si quiera te veo como tan buena actriz. Y es que,querida amiga, tan absurdo es esto como que niegues lo evidente. Eliminé la lógica de nuestras conversaciones y le di un toque de locura misteriosa. Eso no se olvida asi de fácil.
Permíteme. Permíteme robarte la mentira y devolverte la razón. Devolvertela para que veas la verdad. Asi, entre meses y risas, peleas y agonias apareció el sentimiento. Seria más, seria menos pero como un jardín floreció, sigue negándolo, tus palabras callan lo que tus ojos, inevitablemente gritan.
Y en pensamientos desordenados sigo con mi confesión. A ritmo de la que era nuestra antigua canción. Qué triste suena eso. Hablar en pasado.
¿No has pensado ni una sola vez en los buenos momentos? ¿No has analizado lo que perdiste con tus triquiñuelas?
Claro, eres como la famosa rica e inocente. Al principio está en lo alto, muchos amigos, mucho de todo…¿donde queda lo que yo te di? Queda para el baúl de los recuerdos en el futuro. Para el arrepentimiento tardio de tu consciencia. Queda para cuando madures y mires atrás. Y veas, veas lo que dejaste escapar. Alguien que no juzgaba tus hazañas o conflictos, que no intentaba hacerte caer, que queria verte nacer día a día. No lo llegarias a entender, no podrias hasta que me veas cara a cara, que notes lo que es saber lo que se siente, que veas la verdad y seguridad en mis ojos
Que lo sientas, que sientas aquellos momentos en los aue dimos todo para no recibir nada, que sientas…un poco de lo que fuimos.
Absurdo es todo esto, tanto como decirte adiós.
Un adiós que será hola alguna vez
Podría ser, hasta entonces te llevaré entre mis recuerdos. Querida morena, siempre nos quedará Madrid..

Algo por sentir.

Qué efímero y bello es vivir ¿verdad? Te da sensaciones sin rival alguno. En ocasiones, el amor azota como la peor de las bofetadas pues el mundo está lleno de personas y como no, de corazones. Otras veces, el odio empapa el alma humana, entre guerras y debates, siempre hay algún combate.
Ahora bien, se dice que a pesar de los obstáculos y de lo negativo, vale la pena sonreír cada noche y alegrarse con cada amanecer ¿será cierto eso que dicen? ¿será verdad que la felicidad existe?
Puede ser que se trate de una ilusión aunque para mi tenga nombre, el tuyo. Y es que tú me haces feliz. Por encima de las guerras, problemas y percanses. Me das ganas de seguir y dar lo mejor de mi ¿qué te puedo decir que no sepas, buena amiga? empezaré por un secreto, te lo confesaré a paso lento. Hace mucho, cuando nos conocimos, hice un trato con las estrellas. Ellas te cuidarian los sueños por la noche y así yo por el día, podría hacerlos realidad.
Atentamente: La esperanza en un mundo de cristal.

Ser un motor encendido pero nunca arrancar.

Se que jamás me lo has preguntado pero pienso que cuando haces lo que sientes nunca te equivocas, porque aunque haya dolor, tanto darlo como recibirlo, has sido tu mismo. Sí, tal vez el cerebro rija para hacer lo correcto, pero sencillamente no es lo mismo, ya que meditar el plan de lo que lleva siendo la vida procede a guardar una certeza de tranquilidad hacia la situación. En este caso te revelarás apoyando a esta palabra tan curiosa: tranquilidad. Defenderás el caso como: «¿Eso no es lo que todos desean?» A lo que yo contestaría: «Por lo que yo he estudiado, me encanta la teoría de Aristóteles, aunque también abundan muchas más. Algunas que desconozco y otras correctas, pero depende del punto de mira de aquella persona. Si no me equivoco existen dos éticas, la del deber, en la cual he aprendido la de Kant. Y la de los fines. Pero ¿Qué te voy a enseñar yo que tu no sepas? Estoy de acuerdo en que hay que utilizar la moral, pensar en las consecuencias antes de actuar para que tus pasos se formulen de manera que la ley las considere correctas. Y yo a pesar de compartir este hecho, soy lo contrario. Me guío por lo que siento o tal vez como decía Stuart Mill, serás feliz si la mayor cantidad de personas lo son. Creo que era así, si es erróneo, corrígeme. Como tu bien dices soy demasiado pasional pero ¿En todo? No lo se, pero me estoy descubriendo… Es un mundo muy grande y lo único que sé, es que quiero comérmelo a pasos, sonrisas, miradas, sensaciones,olores… comérmelo a sexo también.
La sociedad nos condiciona a la tranquilidad cuando no comprenden la excitación de un paso en falso, de ser un motor encendido pero nunca arrancar.

-Cierra los ojos-le dijo con voz suave- tengo que contarte un secreto.
Asi lo hizo la chica de cabellos ondulados, expectante a lo que pasaba a su alrededor. 
   -Lucho cada día contra la envidia del mundo. La envidia porque yo soy la que puede susurrarte versos al oído y no el viento. La envidia porque contigo tengo la flor más bella que existe y no la madre naturaleza. Claro que todas las rosas tienen espinas, ¿sabes qué? me da igual, no me importan tus espinas.
Y esque prefiero tenerte a ti, tal cual eres, con tu olor a melocotón -dijo ella suspirando al notar el aroma- que a cualquier clavel perfecto que pueda encontrar por ahí.
Me confieso amante de la noche porque así puedo contemplar los pecados anónimos que se esconden en la cama. Me confieso amante de tu cama porque ahí es disfrute de dos-continuó acariciandole suavemente el brazo- Y aquí estoy.
Navegando por el destino y perdida en el mar de tus ojos, mi delirio¿Has sentido alguna vez esa chispa eléctrica? -esperó unos segundos y poniéndose más cerca de ella siguió en voz baja- esa chispa que te innunda por dentro y activa tu sangre. La que te levanta a mirar por la ventana y desear cometer locuras frente a la luna
Y esto es mi confesión de medianoche, una garantía para empezar con sinceridad un nuevo día. Comenzaré con una última aclaración, deseo ser contigo cómplice del amanecer.

Allí

Allí te vi. Junto a la fuente donde solíamos desear todos nuestros sueños. Donde la magia empezaba y las sonrisas no paraban.

Tan solo una mirada bastó. Solo una demostró lo que se había acabado y lo que estaba por empezar.

Allí cuando te vi  todo pasó deprisa. Me acerqué, cómo no y te saludé. Dejando a un lado el pasado y dándote la bienvenida me senté contigo. A veces es tan complicado volver a empezar que cuesta mirar a los ojos sin pensar ¿por qué?

Pero, querida princesa de viejos recuerdos ¿sabes una cosa? Todos los grandes poetas lo dicen, nada es imposible. Vivamos por el día, volvamos a soñar por la noche. Tan solo mírame, siénteme un poco. Esta vez sin hechizos o delirios.

Atentamente: La esperanza en un mundo de cristal.

Acúsame

Acúsame de que te quise demasiado, de las horas desperdiciadas de sonrisas o las preocupaciones de mediodía. Grítame y menciona las cosas que más odias de mi, mírame como si me quisieras matar, estruja el tiempo entre tus dedos para desahogarte una vez más.

Pero, al menos, cuando las aguas se calmen y el mundo parezca que pare, sigue tu razón y dime algo por última vez. Dime quién dio todo por ti, quién siguió adelante a pesar de morir por dentro o por quien tomaste tan locas costumbres.
Y si, mencioné el olvidarte alguna vez. Te confieso en mis líneas de verso que olvidándote te recordé.

Recordé las noches en vela y los días de fiesta. Recordé tus palabras y expresiones.

¿Por qué tanta melancolía? Porque te encontré cuando creia que te había perdido.

Acúsame de que te quise demasiado pero no lo hagas de que te busqué en el mapa de mi futuro, junto a la línea del destino.

Acúsame de que me encantaría susurrarte mil versos al anochecer y otros cientos al despertar. Repetir lo bueno del cariño y lo hermoso de sentir algo.

Atentamente: Una rubia con versos de poeta

Salvarte

Aprendi que para conseguir algo hay que darlo todo, aunque el tiempo tiemble, las ganas caigan o la esperanza se desvanezca.

Si no empiezo por creer en mi misma, ¿quién lo hará? Puede que la hipocresía sea una costumbre pero es mejor dar ejemplo.

Más allá del dolor, del sufrimiento y de las ganas de llorar, estaré yo. Llámame futuro o parte de tu consciencia, las etiquetas no importan mientras logre mi cometido…salvarte.

Salvarte de caer en el círculo vicioso, aquel que te desgarra por dentro como los monstruos de la antigua Grecia. Salvarte del olvido de lo que realmente hay que tener en cuenta, lo que tú vales.

Dame la confianza y el poder. Confianza de ser la persona que de tu mano camine y te lleve al despegue de tu sonrisa, poder para ser el espejo que refleje en tu vida lo bueno que puedes aportar.

Atentamente: Una rubia con versos de poeta.

Suspiro de rosa, lamento de clavel.

Como una flor de un gran jardín, la vida te llevó a conocer multitud de gente. Cada una con sus virtudes y problemas. Y allí estabas tú, una rosa que suspira entre tanta flor ¿Qué te ocurre bonita dama? Sientes el viento marcar tu piel y te atreves a pensar ¿yo deberia estar aquí? Luego, con una media sonrisa en tu rostro, miras a tu alrededor. ¡Oh hado destino! Malvado y maravilloso. Un suspiro te hace sentir, a ti, mi bella rosa y para mi, un eterno lamento, el de un pequeño clavel.
Tristes y sólidas lágrimas que chocan contra el cálido aire veraniego y se desvanecen como los sentimientos amargos que una vez fueron.
-No llores, no te lamentes –solia pensar-no vale la pena por una rosa de jardín.
Pero como en todo, no hay que fiarse de lo que pueda ser. Cuando te volvi a ver, balanceandote con el viento supe algo, no me importaban tus espinas.

Dotaciones detectivescas (Claudia y Sonia)

Todo se esfumaba entre mis inseguros dedos que sujetaban los informes del caso actual, ese que tantos quebraderos de cabeza me había causado. Cada vez que pensaba tener alguna prueba, todo se mezclaba y desaparecia como una gota de agua que se evapora con el paso del tiempo.

-Detective Metchengar, creo que es hora que se vaya a su casa y descanse un poco. Ya mañana seguiremos con el caso, no se preocupe.

Me fui preocupado a mi casa y me acosté en la mullida cama. No podía conciliar el sueño.

Al día siguiente, justo antes de ir a la oficina, me pasé por la biblioteca Hemsworz, pequeña pero eficiente ya que alberga una gran cantidad de información para todos los público. Incluidos dos casos sin resolver de la policía.

Me senté en un ordenador, revisando que la pantalla no fuera demasiado visible para los transeúntes.

No había nada que me pudiera ayudar, pero estaba seguro de que algo tendría que haber, el problema era el tiempo.

El reloj ya marcaba las nueve en aquella sala llena de libros. En la entrada ya estaban los estudiantes que ese día iban de excursión a la biblioteca. Había varias filas pero no estaban todos. Albert se había escapado para ir a su sala favorita, la sala de investigación policial. Él no era un alumno típico de su edad, ya con doce años tenía una amplia colección de novelas y sus dotes de observación eran superiores a cualquiera. Como era su costumbre, se fue a la última estantería buscando a su autor preferido. Ya con el libro en la mano estaba a punto de sentarse cuando no pudo aguantar un estornudo. Avergonzado intentó coger el libro que se le había caído lo más rápido posible para no interrumpir a los lectores de la sala pero ya alguien lo había visto.

Metchengar que había aparecido de ronto al lado del niño, le ayudó a recoger el libro.

-La próxima vez intenta que no se caiga nada, este tipo de libros son muy valiosos. No son para jugar.

-Señor, sé perfectamente el valor de estas novelas, para mi no es un juego, es mi pasión -Le dijo Albert de manera seria.

El detective observó al infante de manera gradual, de arriba a abajo, estudiando cada facción de su pequeño cuerpo que deseaba tener el problemático trabajo que tenían los policías.

 

-¿Qué es lo que te interesa exactamente? Es un trabajo complicado, no hay posibilidad de error.

-Lo sé- le respondió con voz firme- Y es por eso que me gusta tanto, soy observador, meticuloso y además, puedo razonar sin problemas, para ser policía esas cualidades no están nada mal, no me lo negará.

Sorprendido por la respuesta del niño el detective lo miró desafiante. No sabía como un niño tan pequeño podía sacarle de sus casillas así. Pero entonces se le ocurrió cómo seguir esa conversación que parecía más un debate.

 

-Dado que estás tan seguro de tí mismo y piensas que tus ‘’cualidades’’ pueden ayudar a cualquiera en el campo de la investigación, me gustaría verlo por mí mismo. Dime algo que lo demuestre.

-Es muy sencillo, usted parece el típico caso de un policía frustrado. Aunque le cueste admitirlo, sus ojos delatan que le sorprendí con mi firmeza.

-Para ser tan observador has olvidado fijarte en algo muy importante. Tu clase ya se marcha de aquí -Le dice señalando por la ventana hacia la guagua que salía del aparcamiento.

-Y como buen agente de la ley me llevarás contigo para no dejarme solo-le dijo el niño poniendo un poco nervioso al detective.

-De acuerdo, te llevaré conmigo para que aprendas un poco.

Después de unos veinte minutos caminando llegaron a la comisaría. Pasaban de las doce y media cuando entraron por la puerta principal. En ese momento, el detective escuchó un gran grito proveniente de la oficina principal.

-¡Metchengar ven aquí ahora mismo!-se escuchaba gritar al comisario.

-Quédate aquí o mi jefe se enfadará si te ve -le dijo a Albert- Y mejor no toques nada.

Con esa advertencia el detective entró a la oficina. Mientras tanto el niño que por puro aburrimiento paseaba por el lugar, encontró una pizarra magnética con las distintas fotos de los sospechosos del caso y algunos papeles que parecían los informes.

-Mmm..si según dice aquí los crímenes tenían muchos parecidos entre sí esto está mal planteado -pensó para si y empezó a mover las fotos para recolocarlas- Exacto, la clave está en el lugar y en el por qué.

-Veo que no haces caso a lo que te dicen- Le dijo el detective saliendo de la oficina junto a su jefe-¡Te dije que no tocaras nada!

-Espera-dijo Albert- El caso estaba mal planteado. Para encontrar al sospechoso primero hay que tener muy presente los detalles. El lugar es la clave. Siempre actúa de la misma manera, como todos los criminales pero ¿qué lo diferencia del resto? los lugares. Son sitios muy exclusivos, casi desconocidos para la gente de clase media.

-El chico tiene razón-inquirió el comisario mirando al detective- tu caso necesitaba una visión distinta. De ahora en adelante quiero que trabajes con el chico. Te vendrá bien otro punto de vista.Enséñale lo que tengas del caso.

Sin poder objetar nada y obligado el detective se fue a su puesto con el chico. Sacó todo lo que tenía archivado y las pruebas que se habían encontrado.

-Como ves el criminal es bastante inteligente. Limpia todas las posibles huellas y cuida mucho el tiempo y la forma de hacerlo. Por lo que tenemos registrado ya ha realizado cuatro crímenes, el primero fue un robo de un cuadro que acabó en el asesinato del segurata que estaba en la galería de arte. Los demás también fueron asesinatos. Todos en menos de quince minutos por lo que hemos oído de los vecinos.

-¿Y cómo saben que es él?

-Porque hemos encontrado en todos los lugares del crimen el mismo objeto, una flor escarchada de color plateado. También hemos descubierto algunas fibras de color rojo, según el laboratorio son de un pañuelo hecho con tela egipcia.

-Ya veo que sigue un juego peligroso. Yo le haría una broma pesada para que no lo vuelva a repetir.

-¿Qué clase de broma?- preguntó algo confuso el detective- Esto no es un juego.

-Algo que le pare, que se crea que lo está haciendo bien pero después detenerlo en su propia mentira.

Tras la propuesta inocente del niño el detective se quedó pensando. Sabía que sin algo de ayuda nunca resolvería el caso y que la solución del niño de algún modo podría servir. Tan sólo tendría que utilizar un poco de psicología.

-Está bien, haremos esa bromita pesada como dices tú pero a mi manera. Planearemos una escena del crimen falsa y allí lo detendremos.

Durante toda la tarde planearon lo que harían. Iban a pedir ayuda a algunos medios de comunicación para publicitar un evento falso y también pedirian la colaboración de algunos miembros de la plantilla para que actuaran. Todo estaba previsto para la semana siguiente.

El plan era sencillo, todos iban a colaborar para crear una exposición de un supuesto pintor famoso que al estar muerto, tenía cuadros de gran valor. Todo era mentira, los cuadros eran réplicas y la gente policías de paisano. El miércoles estaba todo preparado, estaban todos en sus puestos vigilando que la galeria estuviera en orden. En la entrada había un libro de visitas, un detalle que hacía más creíble esa fiesta exclusiva. Albert estaba junto al recepcionista hablando de lo que harían ese día. Al fondo, casi en la entrada estaba un hombre alto, vestido de manera elegante. Por su actitud se notaba que estaba acostumbrado a los eventos de ese estilo.

-Oye David, vigila a ese hombre del fondo, me trae muy mala espina.

Con ese comentario el agente se quedó serio. El niño tenía razón. Además él sabía que ese hombre no era de la plantilla de policía.Cuando se dio cuenta, este se dirigía a recepción. Actuaba de manera aparentemente normal.

-Bonito pañuelo señor- soltó Albert- parece de una tela muy suave.

-Pues si, tienes buen ojo chico, este es una prenda muy especial, se fabrica con una tela egipcia difícil de conseguir.

El plan seguía su curso. A media noche se apagaron las luces. Nadie se lo esperaba. Cuando consiguieron recuperar la luz el señor del pañuelo rojo estaba en el suelo con un cuchillo de ocho milímetros en la mano. Tenía los cordones atados entre sí.

-Pe..pero..lo tenía todo planeado -farfullaba tendido en el suelo- Ese maldito crio me la jugó.

Todos los policias estaban sorprendidos, no comprendian lo que había pasado.

-No se preocupen -empezó a decir el niño- la solución más simple fue la mejor. Vi que tenía un pañuelo rojo muy llamativo. Justo como el de las fibras que encontraron. Cuando estaba distraido hablando con los demás miembros de la sala, aproveché para atarle los cordones entre si. Sabía que a las doce se apagarían las luces ya que en los demás casos había ocurrido igual. Su truco era un temporizador en la caja de los fusibles.

-Bien hecho chico -Le dijo el detective dándole la mano- Reconozco que te juzgué, ahora toca la mejor parte, interrogarlo.

-Es verdad, hay que ver por qué lo hizo. Espérame aquí, voy a descubrirlo a mi manera.

Acto seguido el niño fue a donde estaba el criminal. Con voz inocente le empezó a hablar.

-Sabe señor..

-Fleishman

-Señor Fleishman me gusta mucho las historias de acción pero esto ha sido genial. Me preguntaba cómo lo ha hecho y también por qué.

-Bueno la verdad que no me costó mucho -dijo con voz orgullosa- soy hijo de unos padres con mucho dinero y me muevo en un ambiente de clase social alta. Conozco muchas cosas del arte de alto status. Me aburria de tenerlo todo hecho y de la falta de atención que me daban muchas veces.Decidí robar uno de los cuadros más valiosos que tenía el mejor amigo de mi padre. Todo me iba bien pero un segurita del recinto se metió en mi camino. Y salió mal parado -dijo con una sonrisa triunfante- Las otras veces mataba por seguir sintiendo esa adrenalina. Dejar la flor escarchada me parecia muy gracioso, era una pista falsa en medio de tanta confusión para la inteligencia policial.

-Pero ahora está aquí, fastidiado por un niño que podría ser su hijo.

-Aunque seas un granuja, he conseguido lo que quería, ahora mis padres no están todo el día pasando de su hijo.

Con esa pequeña confesión, detuvieron al señor Fleishman. Gracias a la inocencia de Albert el detective había conseguido resolver el caso y sabía que de alguna forma se lo iba a agradecer..

-Muy bien -dijo el detective mirando al niño sentado en su silla – por hoy puedes estar en mi oficina ya que quieres aprender el oficio.

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