Breve historia de una resurrección.
Me liberó; y desencadenado por fin recorremos la ciudad, que gira como una rosa náutica al ritmo de nuestro aleteo acompasado. Me paseaba, mucho antes de su llegada, por la ciudad, ángel caído, girando en una rueda de hámster, convencido de que cruzar por las bifurcaciones era todo mi cometido, y aunque la desazón me carcomía, el espíritu luchador avanzaba[…]
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EURICE: ¿Si? Mira, buena idea para otro relato, también se me había ocurrido que al prota le nacieran alas al…