Categoría: Relatos 2015

  • El espejo

    Ruido, sucio ruido, que hace arder mis timpanos en una hoya casi vacia.

    Chusma, ¡Que chusma tan desagradable!

    Pastores, pastores fieles en orgias milenarias, mordiendo carnales pezones y triturando el alma y la fe que antaño les habian otrogado.

    Sucios, sucios reflejos de un espejo empolvado por una desconocida mano sudorosa.

    -Que reflejo mas extraño, ¿Quien es aquel que no tiene ojos?, ¿Quien presume de carecer cabellera?, ¿Quien?, tu infiel, el que carece de voz, porque no tiene boca, avasallate tú que no tienes nariz, afortunado eres, pues no sientes mis insultos correr por tus oidos.

    ¿Quien es?, ¿Quien es el que no posee bellos, que irrumpen sin invitacion en la piel que careces?, ¿Quien es quien no posee rostro?

    Soy yo

  • En una noche estrellada

    Hace muchos años, la morbosa seda se teñía de rojo con la herida al descubierto  en su estómago.

    La blanca espuma fue extinta en cuestión de segundos  por un brutal  y sanguinario arrebato de color. Observando el acabado cielo, su imaginación le permitía crear estrellas que parecían acercarse a su dilatada pupila. En la oscuridad del campo, sonaban gritos de grillos y sonatas de disparos rondando por los alrededores, devorando la hierba y agujereando al riachuelo que se llevaba la sangre y la tela manchada.

    Su respiración se acelera, el pecho le palpita como si su corazón se abriese paso entre las gastadas arterias que lo encarcelan.

    Parece que nunca llegará el amanecer, y en el afluente siempre correrá la vitalidad de mi amigo, escondido entre las cañas y las lavandas. El tiempo no aparece, me golpea en este sueño, no hay hora de despertarse, cabalgando por las fronteras del claro, el viento aúlla a los claveles tristes, y a las rosas pisoteadas

    Nunca más importará, ya no lloraré entre mojadas piedras y flores de clavo, ya está muerto.

  • Querer respirar

    Alguien dijo una vez que” la pluma es más fuerte que la espada”.

    La pluma puede convertir la tristeza, declarar a las lágrimas y terminar con los tópicos que inundan de fuego este mundo.

    Puede crear cólera, pasión, melancolía, amor. Puede crear ejércitos, árboles, seres de ramas piedras y raíces. Puede crear sueños, montañas, colores, valentía, puede dibujar palomas, ruiseñores con pasos voladores de tinta, lágrimas que quemen a la mismísima piedra. Puede destruir el tiempo y alargar la vida, terminar con el final de aquellos que han caído,  y hacer  retornar a los cielos de plumas con colibríes acallados que hacen del mas allá una infinita  locura por todo.

    Besos, heridas, palabras que lloran, puntos que marcan algo nuevo, vida donde todo estaba muerto, y muerte en aquello que te daba vida.

    La espada solo sirve para destruirlas.

  • Laud

    Cuando amanece, huyes de mis sueños, y parto a encontrarte plácido recuerdo que quiero, que deseo que un día al abrir  los ojos de mi sueño, se convierta en verdad.

    Sólo al pasear por los caminos de la verde hierba, y los cánticos de los enterrados árboles me inciten a perseguirte, y creí haber visto a una dama de traje blanco, corriendo descalza y acallando el estruendo producido por las ramas de piedra que prendían tu risa.

    -¿Soñaría que eras tú otra vez?-

    Pero aquella figura era tan real, y aquella risa tan hipnotizante, que después de desencadenarme de mis zapatos, corrí trás aquella fantasía.

    No quería dejar de correr, que esta vida o sueño no acabara, que nunca termine, y que este paseo sea eterno.

    Puedo ver tus rizos de cuervo ondear con las frescas hojas, y con los ruiseñores posados en sus ramas cubiertas por un veneno de dolor apasionado. Puedo seguir oyendo tu risa, y ya siento cómo se destruyen las esqueléticas fronteras que nos separaban, tocar los sangrantes robles donde posaste tu mano sanada ya de heridas, y ver cómo se cosían con la arácnida tela de tu vestido.

    Cuando al final llegue a sentir tanto tu presencia, que al darme cuenta, estés alegre y risueña delante mía.

    Antes de que me despierte en nuestros labios crearemos un gran fuego que nos seque las lágrimas y nos purifique la mirada en una, pues este beso perdurará, y será eterno durante unos segundos.

    Daría mi vida por dártela a tí bella fantasía, daría mi alma por ver la tuya danzar bajo las lluvias de llorosos amantes separados.

    Que nunca acabe, que nunca termine mi amor al verte.

  • Los cuentos de la inocencia III

    III.

    Aquí llevo caminando ya muchos meses, y las piernas no me duelen, porque las he dejado en el camino, los oídos no me escuchan, pues me los han robado un mirlo, no se me es roja la sangre, hace años que mi corazón se olvido de latir. Ya no tengo ojos, ya o tengo corazón, ya no tengo aire ni inspiración, ya no tengo alma ni furor, ya no tengo rey, ya no tengo ojos azules mirándome, ya no hay aire ni pleitesía, ya no hay orbes de rabia comprimida.

    ¡Que me quemen las lagrimas!, Que me vomiten los miedos y me degollen las palabras, pues el camino aun no ha acabado, y desconozco cómo podrá terminar.

  • Los cuentos de la inocencia II

    II.

    Y mi cabello palpita en este océano perdido, esperando que en algún momento los portales submarinos desprendan la llamada luz purpura que se puede ver en las noches más oscuras irrumpir fuera de las aguas y dominar territorios aéreos.

    Me sumerjo lentamente en el gélido mar, siento el frío, frío que se convierte en nubes acosadoras de calor. Mi cabeza bajo la marisma borra todo signo de recuerdos malvados, mi cuerpo prendado se desnuda y no tiemblo de  frío ni me causa dolor el calor, era sentir la nada volar alrededor mío, y tener la sencilla sensación de que yo era el que rodeaba a toda aquella materia que no llegaba a tocar.

    La presión me degrada a lo más profundo, y llego al portal, decorado con ramas de árboles de piedra limpia, con un suelo de baldosas con laterales rotos y crecientes musgos verdes y amarillos que hacían el tacto de mis pisadas como el caminar por almohadas de plumas de negras gaviotas, cuando me acuerdo, de que no puedo respirar.