Viajar a Lisboa: lo negativo que nadie te va a contar

He viajado recientemente a dos de las ciudades más emblemáticas y preciosas de Europa: Oporto y Lisboa, por este orden.

Oporto es una preciosidad. Un lugar idílico para viajar solo o en pareja (como fue mi caso), con una cocina deliciosa, unas vistas increíbles y una sensación de paz y tranquilidad, así como de actividad nocturna muy divertida.

Lisboa, que sigue siendo una gran ciudad con monumentos que ver y lugares que visitar, no tiene el encanto (para mí) de Oporto, más idílico, pero sí que empiezas a ver dos cosas. Una es más subjetiva y la otra, objetiva.

La objetiva: la pobreza y la cantidad ingente de inmigración que hay en la ciudad que nos llamó la atención. Cuando hicimos una parada en el tren camino a Lisboa paramos en una cafetería cercana de la estación y vimos cómo estaba el panorama. Una sensación de incomodidad porque las pintas del personal de la zona eran de gente con problemas y de barrio desfavorecido. Chocó mucho para mí salir de la idílica Oporto en la zona de turismo para encontrarte esto.

Y las zonas de pobreza, los vagabundos y los rincones que encuentras en la misma Lisboa (metros, esquinas de zonas turísticas, etc.), dando a entender lo mal que parece que lo está pasando el país. Es una sensación de que algo no va nada bien económicamente en Portugal.

La otra situación desagradable es el machismo. Tienen un problema de comportamiento, un modelo adquirido sin duda cultural, respecto a las mujeres.

Esto de ver estas actitudes fuera de lugar en camareros, dependientes, etc., con mujeres turistas solas o acompañadas, porque les da igual, con el pretexto de ser amables y demás, o ver que en una pareja de turistas pregunta él y el camarero de turno o dependiente le responde a la mujer, era tan habitual verlo (no digo que fuera todo el mundo y generalizar es injusto, pero es de esas cosas que se aprecia en el ambiente) que te dabas cuenta de que había un problema.

Luego, en un barco de esos turísticos, encontramos unos carteles en los asientos de cubierta hablando de que las mujeres no deben permitir el acoso en la calle o comentarios groseros, y me pareció ya evidente que este tema viene de muy atrás.

Sé por amigas brasileñas, y la misma información tienen otras amistades, de que allí, y vuelvo a generalizar, los hombres son muy, muy invasivos con las mujeres y muy directos sexualmente.

Que Portugal, prima hermana de Brasil, o viceversa, ande por un estilo, me parece de lo más normal. Por supuesto que habrá gente maravillosa que conocimos y fueron encantadores, hablo de la inmensa mayoría, pero estas percepciones me parece interesante difundirlas aunque sean subjetivas y a lo mejor erróneas.

En fin, España tampoco puede presumir de estas cosas, y estamos en continuo conflicto social en cómo lo abordamos, las leyes que se aprueban y demás, y no quiero entrar en aspectos políticos, sino de realidad en la calle.

Habiendo visto ambas ciudades, Oporto es más idílico, más pueblo, más sencillo, se come mejor y es menos caro que Lisboa, volvería sin duda en unos años, y que además Lisboa tiene sus cosas maravillosas y deliciosas, sin duda, y recomiendo su visita, pero estos aspectos de pobreza y machismo que bueno, uno va de viaje, pero te quedas con estas impresiones también, y desde luego no es una ciudad a la que volvería, pero no por el tema del machismo, sino principalmente por una cierta sensación de incomodidad/inseguridad fuera de zonas turísticas y la cantidad de inmigración alrededor de estas zonas que hay con gente que lo está pasando muy mal y no estás nada cómodo si te pones a explorar por fuera. Se puede hacer, pero hay que saber por dónde se va.