Yo, imperturbable

Walt Whitman (1819–1892). Hojas de hierba.  1855.

84. Yo, imperturbable.

Yo imperturbable, a mis anchas en la Naturaleza
Amo o ama de todo, aplomo en medio de las cosas irracionales,
como ellas imbuido, pasivo, receptivo, como ellas silencioso,
descubriendo que mi ocupación, mi pobreza, mi notoriedad, mis flaquezas,
mis crímenes, son menos importantes de lo que creía;
Yo hacia el mar de México, o en Maniatan o en Tennesse, o en el lejano norte,
O tierra adentro
Hombre de río, de los bosques o de las granjas de estos Estados, o de la costa,
o de los lagos del Canadá,
Yo, viva donde viva mi vida, ¡Oh el equilibrio ante las contingencias,
el arrostrar la noche, la tormenta, el hambre, el ridículo, los accidentes, la derrota, como lo hacen los árboles, como lo hacen los animales!

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Sobre el Autor

Julio

La idea de este blog nació de la pasión por escribir y compartir con otros mis ideas. Me interesa la escritura creativa y la literatura en general, pero también la web 2.0, la educación, la sexualidad... Mi intención, en definitiva, es dar rienda suelta a mis pasiones y conocer las de otros; las tuyas. ¡Un saludo!

3 Comentarios

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  • En estas próximas fechas festivas en las que algunos tendrán tiempo libre, en lo mejor que pueden gastarlo es una buena lectura, especialmente de las que tengan pendientes. Y al leer tu entrada, me he acordado de que tengo pendiente el poemario de Whitman. Supongo que ‘Hojas de hierba’ será fácil de conseguir; resulta penoso que haya libros difíciles de obtener. Por ejemplo, después de la demanda civil cursada por determinado partido político conservador contra Sergi Durà, y la coacción de la cadena de radio religiosa por antonomasia a las distribuidoras, la novelita ‘Coincidencias’, en la que se mezcla el sexo, las señoritas con minifalda y los políticos poco honrados, es un libro difícil de encontrar, ya que la copias distribuidas en la Fnac, el Corte Inglés y la Casa del Libro se han agotado o quitado de la venta; me he cerciorado. El dueño de Ambra, la pequeña librería que me lo ha conseguido, me ha dicho que, entre altas dosis de sexo, se burla sin clemencia alguna de políticos corruptos y de otras cosas. Hay párrafos como éste, contra la tortura animal:

    «Yo, toro, de nombre Inocente y perteneciente a la ganadería Tal y Pascual, declaro mediante este documento y para que así conste a todos los efectos, que mi único deseo es que en una plaza, y a partir de las cinco de la tarde, se me dé dolorosa muerte lenta entre diversas torturas».

    La novela no tiene desperdicio, parece ser, pero para haceros con ella tendréis que encargarla. Es una pena que se obstaculice la circulación de algunas obras; da mucho coraje y le hace pensar a una en qué país estamos.

    • @Palas Atenea: Pues me llama la atención el contenido de esa novela. Si uno lee a Sade, o los libros de S&M, o la literatura más agria y cruel y descriptiva, ya sea por la forma o el contenido, o ambas, no entiendo por qué se censura nada si al final todo se sabe y le hacen más publicidad al libro. No sirven ni como censores. Cuando lo acabes me gustaría que dejaras un comentario aquí mismo de qué te pareció la novela. Y sí, es un buen momento para lecturas, eso es indiscutible. ¡Un abrazo!

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