El cuentacuentos llegó

¡Rayos, centellas, luceros valientes! Colas de dragones, dientes de ñú, pies de ardillas y cola de avestruz. Gira la estrella, y gira la alquimia: viene la magia a contarnos cosillas. Nobles y oyentes y gente pudiente; pobres, mendigos, y todo indigente; casas reales de reyes y zares; gente achacosa y con sed viciosa: acérquense raudos; dejen al niño dando la vuelta; escuchen ahora esta historieta, de amor y  trastadas, que jamás en el reino fue contada.

No son remedios para ojerosos ni mucho menos libidinosos, aunque quisiera y pudiera tengo a imberbes poniendo la oreja; ¡quita de aquí, rata sarnosa!, perdonen ustedes la indecorosa: viaja conmigo sin pagar cama y me roba comida de la jornada. Vengo a contar un cuento veraz de esos que os contaba en la cuna mamá…

Era una chica chipilifláutica, con cierta bilirrubina ascendéntica en casos hipoalergénicos que le sucedían en sus anéctodas cuasidiáricas: por más detalles sigan la obra, que es una historia que contaban en Roma, más vieja que el mundo, más vieja que mi vara, que fue la cola de un grifo alado que escupió un gigante atragantado.

Díjole a un chico flaquijuerguélico en una noche de fiesta atlántica: dóite un beso archiarpégico. Díjole el flaqui al instantoide: ese beso sostenédico me ha sabido a compás cuatroscénico. ¡Besos musicales por estos andurriales!, decían los mercaderes que miraban curiosos, pues así sonaban aquellos melindrosos.

Van a una casa; y todo lo demás lo contó Nicolasa, que es la cotilla vecina del pueblo que lo mismo te espía que te esconde un huevo -huevo de salamandra o huevo al pil pil, el caso es robarlo que le pone mil-. Jura y perjura la perjuradora: en la casoide media oscúrica vibraron constantes corrientes telúricas; vibran los muelles contra el scay: ¡es lo que tiene oir al  Compay!

Se separan todos alégricos por los orgasmos que estallaron poliédricos. Pasan los días oligofrénicos mientras él vive medio diarréico; ella lo llama por preguntarle: mira a ver si te llevo pañales. Y por graciosa él se autopiensa: ya no la llamo por más que sienta.

El flaqui ensimismado mientras chipilifláutica hace sus planes; tira hacia un lado, recompone el codo, y entre giro y giro le tira enojos; él le responde, ella contraataca, y parece que viven en la Guerra Santa -de Santa Sanctorum, que lo viví yo, ¡parecía una pelea de Indiana Jones!-.

Un día nútrido dice temblórica al chico fláquido: te quiero tanto que duele un montónico. Respondióle él: que suerte tienes que no soy daltónico: veo que tu amor es puro y sincero, vente conmigo que te quiero un huevo. Huevos o sin huevos, algo te cobraré. ¿Algo me cobrarás? respondióle él. Sí, dijo resuéltica: en mi casa vas a fregar, y si viene la mañana comprarás en el mercádico. Me vengaré, dijo él, haciendo algo treméndico. ¿Qué harás? díjole ella. ¡Pues… compraré transgénicos!

Pasan una noche japonésida y cocacólica: ¿me quieres un huevo o me quieres dos?, díjole chipifláutica con un bol de arroz. Pues qué más da, dijo el fláquido, es cuestión lúbrica: cada uno se enamora de lo que más le convénguila y en esta caso querida fláutica me gusta mucho tu rica alméjida.

Giran los cielos calildoscópicos; miras y no ves sino brillos fosfóricos. ¿Qué es aquéllico que cuelga tan fláccido?, díjole él absorto y estático. Ella dispuéstida responde coquétida: debe ser algo que no he probádico. ¿Vamos a casa y lo probámicos con un ungüento de diente de Mai? Él sonriéndico: yo sólo voy si suena el Compay.

(Para los lectores de este humildoide escribientéstico dejo una nota medio catártica: el Compay es songuero cubano del paeloceno ¡qué rico que suena!; lo mismo le canta a María Cristina que al cuarto de Tula que dejó la candela.)

Y va cayendo el calendárico como hojuelas de mieles de sabio; cae septiembre, se va noviembre, y en Navidades van ya de la mano; ¡qué cosas más raras les pasan a las gentes que se conocen en estos incidentes! ¿Qué se habrán hecho a estas alturas estas dos hermosas criaturas para quererse como se quieren por más que a los cuenteros no les interese? Así se sorprende a los malos cuenteros: te cuentan las mieles y los amores y termina trágicos y al final te piden el doble; con medio real tengo yo, si usted me lo deja seguiré mi cuentecito que ahorita viene lo mejorcito. ¡Gracias señor!

Anca de rana y diente de sapo; que nadie dude que uno es batracio: ¡cosas más raras se han visto en la lúnica! Aunque no sea pasión de la metalúrgica, queda un dilema por resolver: quién quiere más a quién.

Día pasaba y noche quedaba, y así hasta tárdico se iban peleándico por ver quién quería menos al ótrico; díjole ella eres pelmázido y díjole él: eres plastoide, y con estos acordes se dieron bésicos de esos asquerósidos, llenos de babas de bocas babosas que viéndolas dijeran qué asquerosas y entre beso y beso y tiro porque me toca, toca que toca, retocan los dos, y entre retoque y retoque él le mete el estoque y ella le grita ¡por Dios!

Y aún siguen en fiebre pasmódica que no palúdica y van que se comen a veces a besos y si no tienen hacen sandwiches con queso, queso de cabra o de cabrón, según venga la familia o no. La cosa es hacer cuajada, esta pareja está trastornada, todo les vale como excusa vana para montarse encima de la cama; dos camas, tres camas, una hamaca, sobre una funda si es toda de lana; comen frutita recién recogida frutita madura de esa tan rica la pasan de boca la meten en la teta: ¡uy! las tetas inquietas y entre tanto ajetreo siempre les queda recoveco para peleas ¡no vaya a ser todo a las buenas!

Este relático tan hipoténsico ha sido contado para los atéicos que no confían ni una pizcuela en el amor que derrumba barreras transmágicas; queda demostráico por medio algebráico que si dos se quieren por más que malhuela que ¡el traje de novia se lo arregla la abuela!

Gracias a tódicos, por comprensébicos, dejad limosna a este escribánico; si no tenéis reales en ninguna mano, dejadme al menos… ¡medio comentárico en mi idioma universálico! 😀

Canción Spotifaica para texto somnoléntico.

😀

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Sobre el Autor

Julio

La idea de este blog nació de la pasión por escribir y compartir con otros mis ideas. Me interesa la escritura creativa y la literatura en general, pero también la web 2.0, la educación, la sexualidad... Mi intención, en definitiva, es dar rienda suelta a mis pasiones y conocer las de otros; las tuyas. ¡Un saludo!

5 Comentarios

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  • Que genio eres Julio!!!!!!!!!!!!!!
    Excelente tu canción. No tengo mucho para decirte, solo EXCELENTE!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Me encanta leerte, tienes un sentido del humor y de la realidad espectacular. No olvides conservar tus dotes.
    Un beso.
    Aurelia

  • Santos Cielos, megarecorchilis astrales! se te felicita de fe y licita, este relato de de fist, osea mega me gustado, ultra lo he disfrutado «suerte tienes que no soy daltónico: veo que tu amor es puro y sincero, vente conmigo que te quiero un huevo», es de pelicula peliculera, realmente tiene brillos fosforicos, sin huev con lo importante es quien quiere mas a quien, aunque podria ser con un huevo o dos.
    Julio: me ha encantado e hipnotizado desde el inicio, un fuerte abrazo astral

    • @R.C.: ¡Me alegro mucho! Pues eres las que, al menos al principio, has respondido en ese megaidioma cromático esperpéntico cuasilógico jajaja. ¡Otro abrazo astrarl para ti! 😀

  • Wow! Mi adorada, ves que sí eres el mejor de todos!!! Es un relato diveridísimo, genial , de lo más original que he leído en mucho tiempo.
    Eres muy talentoso, de verdad, me encantaría escuchar cómo lo relatas.
    Un beso archiarpégico y otro musical, sólo porque no te quiero un huevo, sino dos. :love:

    • @Tani: ¡Oh! Muchas gracias, ya me puse rojo. Me alegro que te gustara tantito, lo de grabarlo con mi voz igual me atrevo un día, otro archiarpégico para ti muaaaa 😀

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