Love it up
Berbel (puedes encontrar más sobre su biografía y su obra pictórica en su blog) fue profesora mía de literatura en el instituto. Ya por aquel entonces era artista, aunque no supiera que cubría tantas áreas de creación: poeta, narradora, pintora, ceramista, directora y guionista de cine, ilustradora y fotógrafa. Entre sus premios literarios, habría que señalar el Tomás Morales y el Ciudad de Las Palmas, ambos de convocatoria internacional. Ha sido, además, publicada en diversas antologías de poesía, así como posee una fructífera obra publicada. Es uno de los poetas -o las poetas- más reconocidas de las Islas.
En un encuentro casual en la XXIV Feria del Libro de Las Palmas, le pedí que leyera el libro, A través del espejo, que está a punto de aparecer en las librerías canarias. Semanas después, en medio de su vorágine de actos, creaciones, trabajo, etc. me envía un correo con sus impresiones. Las condiciones se redujeron a tan solo una: que la crítica fuera libre; si no, me avisó con sus ojos de un azul oráculo, no la haría, señalándome un poemario de otro autor que le había pedido su crítica y que contenía varias correcciones a lápiz. Acepté, pues, la condición -porque es la única forma de aprender- y aguardé.
El correo que me envió es lo que yo llamo una carta de amor.
Como esta carta es irreproducible, porque es privada, y aunque le respondí a ese correo con mis impresiones y mi agradecimiento -no por el contenido sino mucho más por el gesto de su crítica sincera y clara; no me autoengaño, no se crean ustedes, y sé que debo y puedo mejorar, hay un brochazo de humildad y hornadez con el lector que creo que debe estar presente en toda creación artística), le quiero agradecer públicamente el gesto que ha tenido conmigo, aunque ella no sepa de mi blog, ni de mis redes sociales.
Y como el abrazo es una manifestación de amor profunda, aquí le envío uno bien grande de su ex alumno, con un vídeo que solo habla de amor. El amor no se encuentra: se construye. Gracias, Berbel.
DE QUÉ SIGNO SOY. (fragmento)
Soy del signo de la ardiente naturaleza de la vida. Dicen que soy del signo del Dios del Maiz y la buena suerte (‘Chipectote’ de los mayas). Dicen en oriente que mi signo es el Tigre y que mi alma va para salvar los pasos del tiempo.
Soy, yo soy la huella de mis lienzos, los ojos de mi vida, los colores de mi respiración. Los círculos del tiempo que forman cada una de mis emociones. Detrás de cada línea, detrás de la palabra estoy y soy cómplice de la existencia de las cosas sencillas y sublimes. En un rincón observo y pienso cómo los hombres mueven los hilos de las circunstancias. Y en medio de un planeta singular tejo mi trama cada día, deseando construir y entregar el universo de un solo grano de arena.
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