La necedad de ser buen escritor… y joven

Habrán leído, cada año, revistas especializadas o medios de comunicación en la red hablando de los estupendos escritores jóvenes. Para casi todos, son autores de menos de 40 años que han publicado unas novelas que anuncian grandes autores.

¿Saben que esto no se corresponde con la realidad? En primer lugar, el argumento es falso desde la base: para ser buen escritor no es necesario tener una edad determinada. Así que acotar a los autores jóvenes no es sino un intento de la industria editorial de crear mercado: ¡los buenos y jóvenes!

En segundo lugar, ¿quién dice que ese joven autor va a conseguir ser un gran escritor? Tendremos que esperar unas cuantas novelas u obras para verificarlo. Incluso puede que alguna de estas sea fallida, o varias, y que, de repente, descolle y se convierta en una voz genuina, que alumbre a los demás.

Si miramos la historia de la literatura, tenemos autores que forman parte del canon -del que cualquiera, del tuyo y del mío- que publicaron sus primeras obras relativamente tarde. Lo suficiente para que no pudieran aparecer en esa lista de autores jóvenes de menos de 40. Una consulta nos alumbrará en otro aspecto fundamental: la obra canónica de muchos escritores llegó pasada la década de los 40. Y, sin embargo, precisaron de un recorrido previo, de un aprendizaje, de una innovación, hasta llegar ahí con otras obras; algunas mal llamadas menores porque ¿es menor o es un recorrido para llegar a desarrollar sus ideas creativas?

Abrirse a conocer autores nuevos es fundamental. Te da una visión general del panorama narrativo -si es, en mi caso, lo que más te atrae-, y te da perspectiva sobre tu propio trabajo. Pero ya basta de clasificar las etapas de los escritores, sus etapas creativas: son un contínuo y solo sirven para que los alumnos puedan estudiarlo más sencillamente en la universidad. Lo importante es el proceso. Lo otro es esa manía tan humana de clasificarlo todo hasta la atomización y perder la perspectiva. Buenos autores sí: el texto no tiene edad.