Café: una necesidad para escribir
Balzac solía beber 50 tazas de café al día. Se despertaba a la 1 del mediodía todos los días y escribía durante siete horas. A las 8 de la tarde se tomaba una siesta de 90 minutos, luego volvía escribir de 9:30 a 4 de la madrugada. Si no fuera por el café, uno no podría escribir, es decir, uno[…]
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