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Café: una necesidad para escribir
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Sin el euro, ¿cuántas pesetas nos costaría un café?
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Espérame sentado que ya vuelvo
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Qué pasaría si tuviera una cita con mis lectores…
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Elige tu desayuno favorito y te diré cómo eres

Café: una necesidad para escribir

Balzac solía beber 50 tazas de café al día. Se despertaba a la 1 del mediodía todos los días y escribía durante siete horas. A las 8 de la tarde se tomaba una siesta de 90 minutos, luego volvía escribir de 9:30 a 4 de la madrugada. Si no fuera por el café, uno no podría escribir, es decir, uno[…]

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Sin el euro, ¿cuántas pesetas nos costaría un café?

Un número creciente de economistas creen que Grecia y otras economías débiles de la U.E. dejarán el euro y volverán a su moneda. Esto, dicen, haría mucho más fácil a estas naciones el pago de sus deudas. Pero también abandonar la estabilidad del euro, dicen, podría suponer un aumento de los precios y aumentar la brecha de riqueza entre Alemania[…]

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Espérame sentado que ya vuelvo

Como el peluquero marroquí ya cerró su barbería, a mi abuelo no le queda otra que ir a leer la prensa a la biblioteca insular. El peluquero solía dejarle el periódico por el buzón para correo de la puerta y mi abuelo, además de ir a cortarse el pelo allí, para que el hombre se ganara «unas perras», de vez[…]

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Qué pasaría si tuviera una cita con mis lectores…

Pues cogemos la máquina de teletransporte y de repente te hallas en una calle cualquiera de mi ciudad y nos reconocemos y vamos a tomarnos algo… Con Ángel: iríamos a un pub de veinteañeras previo «no te olvides de meter la cara en el frigorífico media hora antes de salir» y cuando por fin nos respondieran con un «hola» de[…]

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Elige tu desayuno favorito y te diré cómo eres

¿Pero qué chorrada es esta? De chorrada nada. El desayuno es la comida más importante del día. El hábito, muy extendido, de un café solo en casa o en el trabajo y ya me como algo fuera no es lo mejor para nuestra salud, pero lo hacemos.

Obviando el manido asunto y yo creo que acertada relación entre la comida y el sexo, voy a ofrecer una serie de desayunos porque, no nos engañemos, donde hay una elección se desecha todo un paradigma, al igual que con la ropa que vestimos o la música que escuchamos.

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