Infidelidad: un placer descuidado
Como nunca tenemos libertad para amar o para dejar de amar, el enamorado no puede quejarse con justicia de la inconstancia de su amada, ni esta de la veleidad de su enamorado. Máxima 577, La Rochefoucauld. No se puede coger un genio y repartir sus sabios consejos por el mundo, entre otras cosas porque, como bien dice, quien no tiene[…]
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Somos muchos los cobardes y creo que la cosa en todo caso es no contarlo. Así que la suerte de…