El dongo del fraile
Érase una vez un rey que vivía solitario en su castillo real, y sentadas sus anchas posaderas en su real trono leía atentamente y como cuento a continuación: -¿Leéis, majestad? -le inquirió su único ayudante, que era a la vez criado, cocinero, asistente, paje, secretario y limpiarastrojos y que vivía con él en el castillo, con la condición de que[…]
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