Una vida para hacer lo que nos plazca, y el límite son los miedos fantabulosos; ideas preconcebidas, conjeturas, visiones, de tal forma que podría decirse que sufrimos una guerra a corazón abierto contra nuestra imaginación desbordante. [email_link]
Sigue leyendo¡Hola Jose! Gracias por el comentario. Bueno, para todos los demás no mueren nunca, es cierto; pero yo me pongo…
No es por ser aguafiestas, pero una vez que hayamos muerto, no queda nada por hacer porque no podemos hacerlo. ¡Esta es la verdadera tragedia! Aún dando veracidad a todas las propuestas de una vida plena y maravillosa en «otra dimensión» que garantizan las «grandes» religiones -¿curioso, no, que prometan casi todas lo mismo?-, en esta no queda absolutamente nada[…]
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Pharpe: pues sí, frenarnos pensando en ideas imaginadas es un problema; mejor usar la imaginación para cosas más positivas e…