El Amazonas y el E-Book
@Rick Blaine: Sí. Sí. Sí. Es un problema la conservación. Yo tengo un pen-drive para guardar información. Una copia -una-…
“¡Salvemos el Amazonas! ¡Compremos libros electrónicos!”. Qué cansado estoy de este argumento para motivar la venta de este gadget. Sí, la difusión masiva del libro electrónico o E-Book supondrá un ahorro en relación al coste del libro en papel. Pero…
- ¿No genera residuos la fabricación de un E-Book?
- ¿Los plásticos no son un derivado del petróleo?
- ¿Cuál es el coste para el medioambiente por E-Book fabricado?
- ¿Se recicla el E-Book cuando acabe su periodo de vida: en su totalidad, parcialmente?
- ¿La energía usada para su fabricación es limpia?
- ¿Salvar el Amazonas depende directamente de comprar E-Books?
- ¿Se dejará de consumir papel en escuelas, oficinas, etc.?
- ¿Su fabricación se realiza en Europa del este o Asia, con condiciones laborales infrahumanas y promoviendo la deslocalización y la consecuente pérdida de empleo en los países de origen del producto?
Todo esto, sin contar que en el proceso de reciclaje existe un porcentaje de residuos que no se recicla y que la industria del reciclaje necesita consumir energía y parte de la misma también se pierde.
Ya está bien de elevar a los altares el E-Book. Vamos a contar las cosas como son y a preguntar qué estamos comprando y a hacer un uso racional de los recursos del planeta. No dejemos que la publicidad juegue con un argumento tan fácil como que comprando E-Books prácticamente vamos a salvar el Amazonas.
¿Qué les diría Forrest Gump a los que presentan el libro electrónico como la panacea ecológica frente al libro, el gran demonio consumidor de papel que nos arruina el medio ambiente?
Tonto es el que dice tonterías.
Este artículo ha sido motivado por un comentario de Kiram. 😀
Imagen: mi-estrella-de-mar.blogspot.com
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Estoy de acuerdo con tu reflexión Julio, pero al margen de las ventajas que pudiera tener el e-book, ecológicas o no, lo que me preocupa es la conservación de la cultura para generaciones futuras y me voy a explicar.
Todos sabemos de la fragilidad el papel, pero sin embargo, conservamos incunables en nuestras bibliotecas nacionales con muchos cientos de años.
La aparición de la imprenta en el año 1450 impulsó la difusión de la cultura permitiendo la duplicidad de los libros y una disminución de las pérdidas de libros.
Todo este legado nos ha llegado en mejor o peor estado de conservación, pero ha llegado hasta nuestros días.
La pregunta es si dentro de 700 años podrán decir lo mismo nuestras generaciones futuras.
A mí lo que me preocupa es la fragilidad del soporte electrónico, ¿Cuántos de nosotros hemos sufrido en alguna ocasión la perdida de fotografías que en su momento no se imprimieron y que por alguna razón las hemos perdido al romperse nuestro ordenador? Yo creo que a muchos, y el soporte de un e-book al final es un pdf, un archivo que lo podremos conservar en la medida que nuestro disco duro no se estropee, debemos preocuparnos de realizar copias de seguridad, tenerlo por duplicado y mantener en buen estado el dvd, todo ello implica un esfuerzo por parte del lector al que muchos no sé si estarían dispuestos a realizar.
El libro por el contrario es perdurable por si mismo, lo compramos, lo leemos o no, pero lo colocamos en nuestras librerías y sabemos que ahí está, al menos que suframos un percance, cuya probabilidad es escasísima, podremos dejar nuestra biblioteca a nuestras generaciones futuras sin ningún esfuerzo.
¿Estaríamos dispuestos a dejar una buena colección de pdf’s a nuestros tataranietos?
Un abrazo Julio.
.-= Último artículo del blog de Rick Blaine… Contradicciones y soluciones =-.
@Rick Blaine: Sí. Sí. Sí. Es un problema la conservación. Yo tengo un pen-drive para guardar información. Una copia -una- de hace poco. El disco duro. Un disco duro externo. Sin embargo, ningún soporte me garantiza un fallo del adminículo o un error de borrado propio. Vete a borrar un libro. ¿Colección de pdf’s? Visto lo visto, mejor sigo con mi pequeña biblioteca, y seguro que ese legado llega. ¡Un abrazo! 😀