Muerte latina
Curioso el asunto de la muerte. Pensamos en ella a lo largo de nuestra vida, a menudo con amargura, o desazón. ¿Nunca te has parado a pensar la de veces que has pensado en la muerte a lo largo de tu vida? ¿De repente tratas de quitarte la idea de la cabeza y la sustituyes por otra cosa porque te da miedo? No digo que te mees en los pantalones: te pregunto honestamente: ¿te da miedo?
Decía una anciana en Salvados -interesante el tema de la gripe A, nada que no se supiera- que venía de una operación de cataratas. Que algún día había que morir y que el que no lo tuviera claro pues… era un mal asunto. Lo afirmaba como quien saca la mano por la ventana y enuncia: llueve. Que había tenido cáncer y que ahí estaba, caminando con su amiga, a sus cosas, por el pueblo: que no le tiene miedo a nada. Pose o convicción, que cada uno saque sus conclusiones. A mí me convenció.
Es curioso el sentido trágico de la muerte que tenemos los latinos. No hay mayor certeza: que no somos, porque para ser tenemos que ser conscientes de esas cuestiones intemporales: ¿qué o quién soy? ¿para qué estoy?, etc. Alrededor de la muerte cada sociedad articula un modo de enfrentarse a ella o aceptarla. Nosotros hemos elegido perpetura la cultura griega: y cómo no, si lo hemos copiado pacientes en el folio al trasluz de una antorcha.
Aceptamos el concepto de dualidad como si fuera la regla de oro que todo lo mide: negro o blanco, suma o diferencia, esfera o cubo. ¿Y si la realidad se articulara a partir de otros conceptos o posturas? Muerte o vida. La muerte es pura tragedia griega.
Es inquietante, para quien haya asistido a velatorios cristianos, cómo se alarga el sufrimiento en las familias. Es algo que no termino de entender. Las horas velando al fallecido; la misa posterior en el mismo tanatorio, si la hay. Las filas interminables o el goteo intermitente de gente que quiere o, más a menudo, por compromiso, acude a dar su pésame. ¿Cómo estás? Y cómo se va a estar. Los nombres graciosos de las funerias: el último descanso, la soledad… son el alma de la fiesta. En vitrinas puedes ver todo tipo de recuerdos a comprar para los muertos ¿o para las familias?
Será que es triste irse solo al cementerio. De pequeño escuchaba a los mayores diciendo que había que ir a los velatorios porque si no cuando fuera mayor nadie querría venir al mío, por desagradecido. Me imaginaba solo, sin nadie que llorarme, y la escena me resultaba angustiosa: en ningún momento reparé en que estaría muerto en la caja. Bueno:, morirse tiene sus cosas.
Por si viene algún impresentable puedo dejar en el testamento que el embalsamador me cosa una sonrisa en el rostro para que cuando vaya a verme pueda decirle: hasta muerto me río en tu cara. Nuestra cultura es la de las multitudes: se asiste a los entierros como cuando salían a ver decapitar a uno en la plaza mayor por haber mentido a la revolución, da igual si era la buena o la mala. Ir a llorar al muerto tiene algo de humano y a la vez de ridículo, pero vete a decirle a los mayores: que Mario ya no escucha, señora, tendría que haberle dicho todo eso en vida.
Me tiran de la camisa y me dicen: tienes que ir a la misa, esta tarde. Si el oficiante conocía al no vivo, peor, porque se emociona más. El largo camino al cementerio. ¿Y ahora, a dónde vamos?, interrumpes y te interrumpen; tal vez te evades a una cafetería cercana, la cosa es huir de los recordatorios cristianos, las advertencias solapadas, la venta de la vida eterna a precio de costo, si tienes esa suerte, claro, siempre acompañado por si las habladurías, así que mejor lo preguntas en alto: ¿alguien quiere un café o un té?, con el deseo angustioso de escuchar una voz amiga que te ampare. Y entre medias, en el estoy aquí o allá, en los caminos de un lado hacia otro, los comentarios mundanos y el humor tiñiendo la visión morbosa del sufrimiento ajeno o del propio. ¿Esta qué parte es de la supuesta misericordia cristiana?
Puede que en otra cultura tuviéramos una idea de la muerte menos trágica; para nosotros es impensable, como en otros países, hacer una fiesta con el homenajeado de cuerpo presente, o celebrar el día de los difuntos con una fiesta. Es probable que nos ayudara a comprender lo efímero de nuestra vida, esa aceptación necesaria: compararnos con un mosquito que apenas vive unas horas no debe darnos ningún consuelo. Ahora nos engañamos con perpetuar a los ojos la eterna juventud, como retando a la muerte: me llevarás contigo pero sin una arruga, maldita sea.
El infarto o el accidente, se piensa, siempre le sucede al vecino. Quizás este atolondramiento sea genético a nuestra especie, y un engaño necesario de la naturaleza para que desde el vitalismo no caigamos en una barbarie de lemmings -este «suicidio» no se ha conseguido probar nunca por la comunidad científica-.
Miramos a los animales longevos con envidia. ¿Animales, dije? En las regiones semiáridas de África los baobabs miran pétreos el paso de los milenios.
Anexo. Vídeo musical sobre la muerte latina.
Sobre la muerte, este vídeo. Si pasas por un momento de biorritmos bajos, es decir, te encuentras un poco triste, desanimado, etc., no te recomiendo ver el vídeo. Un besote. :love:
Esta canción de Johnny Cash es un testamento vital en sus últimos años de vida. En 1997, a Cash le fue diagnosticada una enfermedad neurodegenerativa conocida como Síndrome de Shy-Drager. Solo hay que ver su rostro en aquel momento; apenas podías moverse. El tema, que era del grupo Nine Inch Nails, lo interpretó en su último álbum en 2002. Murió un año después. Fue una estrella estadounidense de la magnitud de Bob Dylan, Springsteen o cualquier otro monstruo de la canción popular de ese país. Me alegro de haber encontrado esta versión subtitulada. En el vídeo aparece su mujer.. Johnny Cash habló siempre en aquellos meses de reunirse con ella. Cumplió su palabra cuatro meses después. Cantaba también maravillas como esta.
Pero como en esta bitácora tenemos de todo, como en botica, tengo un vídeo maravilloso con una canción maravillosa para levantar el ánimo en días tristes. :clown: :love:
¡Esta canción le levanta el ánimo… a un muerto! Por eso no dejan poner Boney M en los velatorios, no se vayan a transformar en una zombieparty. ¿Y tú, como lo bailas? Yo bien, tendrías que verme bailando el Sunny… La solista… cómo se mueve cuando deja de cantar, le da mil vueltas a casi todas las canarias de las terrazas capitalinas, qué swing… la vida es dura… Por cierto, me encanta el humor, el desparpajo, lo lascivo/erótico y el contorsionismo imaginativo del bailarín de los Boney M. Espectacular. ¿No crees?. :p
Por cierto, acabo de pensar que «tendrías que verme bailando Boney M» viene a ser como escuchar a mi tio «tendrías que verme bailando el porompompero de Manolo Escobar». ¿Me hago mayor? 😀
P.d.: Estuve tentado de hablar de la muerte en la literatura -Nietzsche incluido- pero tardaría horas y más horas. Dedicado a Xiqueta. 😀
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Yo sí le tengo miedo…porque es la nada.
Por cierto, si no la has visto, te la recomiendo: Relámpago sobre el agua, de Win Wenders, sobre los últimos días de Nicholas Ray, el director de cine.
Me la apunto, no la he visto pero Wenders tiene cosas que sí y cosas que no… La buscaré en esos cine clandestinos de la red online… ¡Muchas gracias! Y sí, yo también le tengo su miedo correspondiente porque es lo que tiene, la hija de. 😀
Bonito articulo Jules. Asi no mas.
Salvados… a mi hay otra frase que se me quedo grabada de un programa Repor (TVE1) de un hombre entrado en anyos: «Vive el momento, y el momento es movimiento».
Lo traduzco como «el pasado guardalo en la memoria y el futuro es hoy». Nos olvidamos de ser «animales» y nos apegamos tanto a las cosas y a la gente que olvidamos que algun dia hay que morir. Cuanto mas tarde mejor claroooo porque de lo que se trata es de vivir, y retomando la frase anterior no se puede vivir en el pasado ni tampoco en el futuro.
Oins, que metapichico oye. Sirulo!
Molto brigado, es decir, que voy muy abrigado que ya hace frío. 😀 Repor está muy bien, lo he pillado alguna vez y no tiene nada que envidiarle a Callejeros, que también es muy bueno, pero vamos que Repor es muy buen programa. Vivir en el presente cuesta por esa angustia entre lo que pasó y lo que vendrá, digo yo. ¡Abrazo! 😀
Interesante , un tabú : la muerte incomprendida. Hermoso artículo impresionante ver a este hombre enfrentandose valientemente con su propia muerte o mejor dicho con el dolor!! ese miserable castigo. Porque en realidad la muerte es dulce y como se nace se muere. El dolor es mi temor , ese dolor ingrato!! , la degradación de un cuerpo tan hermoso como el del ser humano.
Verte bailar como Boney M, Manolo Escobar? sensacional muchacho debes estar genial y divertido. Además de guapo ojos claros?
Besotoson 😀
Gracias, Almogrote. Bueno eso de guapo ¿podrías grabarlo en mp3 y me lo envías?, así lo pongo de melodía del móvil, eso y un café mañanero ¡y a currar! Jajaja -es bromita-. Un besote. 😀
La muerte está siempre ahí, es una guillonita que caerá sí o sí. ¿Cuándo? ¿Qué más da?
Conforme pasa el tiempo pasamos el duelo, rabiamos, nos desesperamos y llegamos a la aceptación de la propia muerte, o nos volvemos más imbéciles de lo que éramos al principio intentando ser lo que no somos: inmortales.
Uff inmortales, que palabra, que aburrimiento, que arrogancia, que insensatez.
Me gusta el Sunny sobre todo hoy que ha estado cubierto el cielo y lo he echado en falta, me gusta. Yo no bailio, por eso para darle luz a un día gris uso esta otra
Salu2
Me ha ENCANTADO ese párrafo del paso del tiempo y la aceptación, Markos. Por cierto, recomiendo a todos los de la bitácora pasarse algún día por la bitácora de Markos, que está genial: keagustitomekedao.blogspot.com. Otro fan del Sunny; es que es un temazo el de los Monty, jaja. 😀
Muchas gracias por la recomendación 😀 Mi blog es un cajón de sastre de mis compulsiones y se puede uno encontrar cualquier cosa, yo ya aviso 😮
Me alegro de que te gustara el párrafo, lo cierto es que ahora lo releo y me da la sensación de no haberlo escrito yo O:) …debo de escribir poseído 👿 o algo así 🙂
Lo que entretienen los «esmailis»
Salu2
El tema de la muerte es interesante por muchos aspectos, pero en general suele despertar más curiosidad por lo que tiene de morboso. Y aunque pensemos que nuestra forma de tratarla, está muy lejos de otras culturas, creo que no hay tanta diferencia entre la fiesta y celebración que supone para algunos y el espectáculo o circo que se monta en la iglesia de mi pueblo -sí, los míos son de iglesia, ¡qué le vamos a hacer!- cuando no en la casa de los familiares del finado. (Finado, qué palabreja divertida, cómo envidio a los que conocen los entresijos de la etimología). Pero no nos desviemos del tema: ¿si me da miedo la muerte? Pues… supongo que como buena occidental, soy un poco esquizofrénica, y diría que a veces sí, mucha, y a veces no, ninguna. Y no tiene nada que ver el que me encuentre de mejor o peor humor, o más o menos feliz, son sensaciones que me asaltan sin más.
Después de leer tu fantástico texto y reflexionando conmigo misma sobre el tema, he llegado a la conclusión de que lo que más miedo me da no es morirme, sino no poder seguir disfrutando de la vida. Puede que lo parezca, pero no es una perogrullez. Y aunque no nos libremos nunca del todo de ese miedo instintivo a todo aquello desconocido, no me asusta especialmente el hecho de morirme, estoy convencida, igual que Almagrote, que el momento de la muerte debe ser algo especialmente dulce, como debió serlo el nacimiento aunque no lo recordemos. Y una vez traspasado el umbral quizá sea como no estar en ninguna parte, exactamente igual que antes de ser concebido. Esto es lo más parecido que puedo imaginar al concepto de “la nada”.
Pero lo que comentaba, eso no es algo que me asuste, más bien me cabrea! X( Porque habiéndome tocado la lotería de -siendo mujer- haber nacido aquí y ahora, y no en el tercer mundo, o en la Edad Media, me fastidia enormemente tener que dejar de disfrutar de todas esas cosas que tanto me gustan: comidas, películas, compañías, libros, conversaciones, canciones… por eso cuanto más tarde ocurra, mejor. Otro tema es el cómo, y el sufrimiento que conlleve, y a eso sí que le tengo miedo, siempre. :worried:
En lo que no estoy de acuerdo contigo es en aquello que dices de que el sentido de la muerte en la tragedia griega es el que heredamos y “padecemos” hoy en día. En la tragedia griega se acepta el destino, se asume con total normalidad incluso la propia muerte, ejemplos famosos hay muchos. Contrariamente a lo que experimentamos hoy en día, el griego no huía de su destino sino que trataba de conocerlo y aceptarlo, porque su destino forma parte del cosmos, donde la salvación no depende de la negación o de la huída de esa situación, sino de aceptar aquello que no depende de uno, aquello que no se puede controlar. Por mucho que nos empecinemos, el ser humano no escribe el guión de su vida. Vivir no es más que un aviso de nuestra finitud, y esa angustia, ese sentimiento de desamparo que provoca, nos obliga a agarrarnos a un clavo ardiendo, sea de la índole que sea (dígase todo aquello sagrado, en cualquiera de sus formas, incluso la científica), porque necesitamos un sentido para nuestro devenir. Y el drama de la tragedia griega es ese fatalismo del que no podemos escapar, donde el destino exige sumisión, y no sólo se puede sino que se debe asumir. Esto creo que es totalmente antagónico con la forma que tenemos hoy en día de enfrentarnos a lo que vendrá (muerte incluida) por eso nos estiramos, nos teñimos, vamos al gimnasio etc… nos disfrazamos en definitiva, intentando engañar no se sabe muy bien a quién. Mira, hace poco descubrí mi primera cana y me dio un vuelco el corazón, desde entonces vengo dándole vueltas a algunos asuntos y a muchas cosas que me quedan por hacer y he ido postergando, quizá porque hoy tenemos la impresión de que partimos con un mínimo de 80 años por delante y de que hay tiempo para todo. Y claro, cómo no, he acabado agobiándome.
Por cierto, al hilo de este se me ha ocurrido otro tema para que si te apetece nos des tu visión: los cementerios. Debo tener alguna tara porque es de mis sitios preferidos, me encanta visitar los cementerios cuando estoy de turista en pueblos y ciudades que no conozco. Son lugares en los que me encuentro especialmente tranquila y a gusto siempre que no sea por la obligación de despedir a alguien. No sé, pero creo que sería un buen lugar donde trabajar.
Salut!
P.S.: Y sí, Niezsche lo dejamos para otro día.
Me gusta cuando no estás de acuerdo, te pones de lo más sexy. 😀
Tienes razón, el tema del destino consiste en que ellos lo aceptan, como en Edipo Rey, que ya desde el principio hay pistas sobre que su futuro será trágico. Pero no sé si es antagónico; de todas formas, el tema de la muerte sí era trágico, aunque lo acepten, no está tratado como calma y reposo ¿o sí? Bueno, en las tragedias de Sófocles no entiendo la muerte como lo más positivo del mundo, o puede que lo vea al trasluz de nuestra cultura y no me dé cuenta. En fin como en filosofía eres la experta no insisto demasiado, ja, cuando relea otro día Electra y Edipo Rey ya me lo plantearé.
Lo de la cana, bueno, como las mías, la mente envejece más lenta que el cuerpo y creo que por eso no lo aceptamos. También he tenido, y tengo, muchas veces, ese asunto de que tengo tiempo o lo tendré y luego las obligaciones, etc. te van quitando, y luego el cansancio de la vida misma, porque a veces estás harto y de tanto meditar o reposar pasa el día y no haces lo que quieres, porque hacer lo que tienes que hacer mira, pues eso.
Lo de los cementerios… hija, te veo súper positiva últimamente con los temas, jaja. Pero vale, cementerios otro día, la verdad que es un tema interesante. 😀
No sé, yo creo que sí que está tratado con calma y reposo, en eso consiste al fin y al cabo la aceptación, no? No soy ninguna experta en la materia, pero puede ser que sí que estés interpretando el tema desde nuestra perspectiva contaminada del cristianismo, en la que la muerte está en función de un más allá prometedor, y la vida tiene un valor de cambio. Mientras que en el mundo griego la vida posee un valor intrínseco, es un bien en sí misma y no está en función de una vida ultraterrena. Quizá por eso creo que carece de importancia lo que haya o no más allá.
No digo que en la tragedia griega se trate la muerte desde un punto de vista positivo -según nuestros cánones actuales- sino que no supone algo terrorífico que evitar a toda costa. La muerte es para los griegos, justamente por su manera particular de entender la vida, simplemente un episodio más, por eso no se rehúye.
A nosotros esto nos es un poco difícil de comprender pues -otra vez a causa de la pesada carga del cristianismo- tenemos una forma de entender el sentido y la importancia del destino en la vida muy diferente. No he leído Electra pero Edipo produce un sentimiento de empatía porque incluso optando por el bien, sucede que es posible hacer el mal de forma irreparable. Nosotros no consideraríamos responsable a Edipo de las atrocidades que cometió, porque entendemos que no era consciente, es más, hizo todo lo que estuvo en su mano para eviatrlas. Pero aquí la intención ni pincha ni corta, Edipo se sabe irremedibalemente culpable, a sus ojos y a los de los demás, por eso es él precisamente quien se autoimpone el castigo. Aunque esto lo dejo a tu interpretación, porque el experto en litartura eres tu.
Espero no haber destripado mucho la obra a quien no la conociera. En cualquier caso, al poco ya se intuye lo que acabará sucediendo.
Otra cosa. ¿Te parece un tema negativo la muerte, los cementerios, etc…? Eres muy siglo XXI y nada romántico 😉 .
Qué va, soy muy romántico, pero esa estética del romanticismo, el exotismo y tal, la veo un poco pasada de moda.
Tengo un artículo de Edipo en la bitácora donde recomiendo su lectura, a mí siempre me impresionó. La verdad es que eso de que no es responsable de las atrocidades que cometió depende del lector, porque conozco amigos que opinan que sí que es culpable y que podría haber evitado ciertas reacciones de ira. En todo caso, tu interpretación es tan válida como la mía, y de experto nada, soy lector y opino de todo. La verdad que argumentas tan bien que te tengo que dar la razón a pesar de que busco la forma de crear polémica, así no se vale, xiqueta, abusadora. 😀
No la has destripado porque la vuelves a leer y te vuelve a encantar, esa es la diferencia con los clásicos. Lo malo es destripar una de espías, jaja. 😀
¿Pasada de moda? ¡Qué dices!
Sal, date un vuelta y verás que aunque no estés en León seguro que te encuentras con algún «gótico», o quizá algo peor… un «emo»!
Y aunque a estas alturas alguien pueda pensar que soy algo parecido a la protagonista de la canción «Carne para Linda» de Loquillo y los Trogloditas, informo que me he encontrado -juro que por casualidad- un artículo muy interesante de Juanjo Millás que seguro que da para otro intenso e interesante debate.: http://www.elpais.com/articulo/portada/minutos/Dejas/respirar/fuera/elpepusoceps/20101205elpepspor_9/Tes
Salut!
¡Me encanta Carne para linda! Linda sonrie coqueta, y se guarda su secreto y su fuente de energía es la carne… de los muertos… ¡no necesita más! Jaja. Me apunto al artículo, muchas gracias, besote. 😀
No me gusta hablar de esa «señora», la guadaña cuando sale nunca entra sola, siempre se va acompañada de alguien, entonces, no me gustan esos días de celebraciones, me gustan otras fiestas más, y por cierto, muchas veces por no decir todas, cuando vas al tanatorio o al funeral encuentras gente que se ha dedicado a hablar mal del o de la difunt@, luego llora y dice pobrecita ¿cuanta hipocresía se nota en esos momentos de dolor? Más que nunca.
Abrazos
Pues me parece bien, yo odio ir a los tanatorios por estas razones que comenté, y como dices hay más hipocresía ahí que en el discurso de un político. 😀
Por que en la imagen de presentacion sale la caratula del disco Spiritual black dimensions de Dimmu Borgir?
Pues porque me vino bien para el texto que escribí. 😀
Un poco mal redactada, sin embargo fue una buena inferencia.
Me alegro que algo te gustara. 😀
yo no le tengo miedo a la muerte, tengo miedo a morir sin aber cumplido mis metas =/ aparte, la muerte es otro paso a la vida eterna.
Buena forma de aceptar lo inevitable. 😀
jaja xD see asi s la vida… asi s la muerte =p