Periodismo revolucionario: mentiras públicas, verdades privadas
A Casandra, que siempre anunciaba la verdad, le había escupido el Dios en la boca y por eso nadie podía creerla. La ley antropológica de la objetividad lingüística determina que las mentiras públicas son convincentes mientras que las verdades privadas son increíbles. En los últimos 15 años, la «privatización» de los grandes medios comerciales, con la consiguiente degradación del espacio[…]
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