Los ricos de Merkel
Dice la encantadora Merkel, convertida en icono de lo terrible en la Europa del sur -nunca sabremos toda la verdad-, que los ricos podrían/deberían aportar más. Volvemos a esa épica de la palabra, hueca, que no va acompañada de nuevas reglas del juego de los mercados que la acompañe. Los ricos deberían aportar más y las musas, también, que yo quiero comer de esto algún día.
Nos quedará el consuelo de Félix Krull, el maravilloso estafador de Thomas Mann, novela que recuerdo con mucho cariño. Es verdad que, siguiendo el ejemplo de Krull, solo se aprovecharían de su sistema los guapos y atractivos, pero al menos estos agraciados, hombres y mujeres, podrían ascender de la misma forma que lo han hecho muchos otros y que, lamentablemente, gobiernan nuestros destinos.
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