Cincuenta sombras de Grey: la no reseña
Sigo escribiendo con la esperanza stevensiana de que la voz que es grande dentro de nosotros se levante para responder a la voz de Walt Whitman o a los cientos de voces que inventó Shakespeare. A mis alumnos y a los lectores que nunca conoceré sigo insistiéndoles en que cultiven la sublimidad: que se enfrenten solo a los escritores que son capaces de darte la sensación de que siempre hay algo más a punto de aparecer.
Anatomía de la influencia, Harold Bloom.
Una de las técnicas de venta más sorprendentes que he visto en mi vida como lector fue encontrar el nuevo superventas, Cincuenta sombras de Grey, en Tenerife, en una gran superficie comercial. En la portada habían incrustado una etiqueta que ponía: «sí, este es el libro del que habla todo el mundo». Me sonaba vagamente haber leído sobre un libro cuya trama era la relación sadomasoquista de los protagonistas. Mi acompañante me confirmó que, en efecto, ese era el libro. ¿Y por qué digo lo de sorprendente? Porque la etiqueta no engaña a nadie y potencia lo que podemos esperar de la novela. No dice que esté bien escrita, ni que su estructura sea sorprendente; que sus personajes sean inolvidables o que haya sido premiada por la asociación de libreros de alguna feria internacional, que haya sido finalista de Médicis, el Alfaguara o el National Book Award; ni tan siquiera que retome una idea clásica y la transforme en moderna. No; el rasgo más sobresaliente del libro, según los editores, es que «es el libro del que habla todo el mundo». ¿Y por qué? Pues porque debe ser su única singularidad, ¿no creen?
Comencé mi investigación revisando algunas reseñas en la red. No fue difícil encontrarlas; lo complicado fue encontrar alguna negativa. Sin embargo, me acordé de la fábula de Iriarte, en la que el oso preguntaba si bailaba bien: «Cuando me desaprobaba la mona, llegué a dudar; mas ya que el cerdo me alaba, muy mal debo de bailar». A veces, por tanto, no es tan significativo el hecho de que un experto dude sino que el que desconoce aquello de lo que se pregunta lo eleve a la categoría de maravilla. Leamos algunos aspectos de la novela que subrayan esas reseñas positivas (cada frase está extraída de una reseña diferente):
«La escritura de la autora es bastante sencilla, la verdad, y en ocasiones se me hizo repetitiva».
«No creo que sea el mejor libro de todos los tiempo porque les mentiría, de los libros del genero romántico-adulto-erótico no creo que sea el mejor y supongo que en algún momento leeré uno que lo supere, puede que por mucho».
«Libros eróticos, temblad con Grey, puesto que ha entrado pisando fuerte».
«El libro que voy a analizar es una de las obras más adictivas que he leído este verano».
«Realmente E.L. James ha conseguido lo que nunca antes habíamos encontrado en la literatura erótica habitual, y es que ha reinventado el género».
«El libro en general me gustó mucho y mi puntuación es muy alta pero no le di el 10 porque me hubiera gustado que tuviera algo más de historia».
Y basta con esto (si casi le dan un diez a esta novela, tendríamos que inventar una nueva escala que no fuera de 0 a 10 sino de 0 a 100 para Persuasión, El proceso, El extranjero, Don Quijote, Crimen y castigo, Rayuela, Pedro Páramo, El mar, el mar, o un poema de Kavafis). La mayoría de las reseñas hablan de lo mucho que les ha gustado la obra, sin atenerse a nada más que el impacto que les produce la historia -que no tiene que ser necesariamente algo malo-, de la polémica sobre el sexo más o menos explícito que narra o de los personajes principales y su atractivo, haciéndose eco de la fuerte campaña publicitaria que hay a su alrededor. Pero la única que encontré que habla de la calidad literaria de la novela, justamente esa, fue la crítica más despiadada de todas. ¿Por qué será que no me extraña? Un dato escalofriante: mientras que en el título aparece la palabra «Cincuenta», en casi todas estas reseñas los autores escriben el número, 50. ¿No entienden que le están cambiando el título original a una obra?
Es, cuanto menos, sospechoso que existan lectores que crean que esta novela redefine el género erótico cuando la literatura erótica tiene una larguísima tradición occidental -no cuento exquisiteces como La llave, de Tanizaki, y no soy especialista en literatura erótica pero seguro que los orígenes del erotismo, en la literatura universal, vienen de muy atrás- y que existen novelas eróticas occidentales muy populares como Historia de O que abordan el tema de la dominación y el masoquismo con muy buen resultado. Por cierto, hay novelas eróticas, de un erotismo más ligero, que pueden ser superiores a otras que abordan escenas grotescas y descarnadas porque en sí mismas son mejores obras, como podría ser El amante de Lady Chatterley o Las once mil vergas de Apollinaire (ambas exquisitas). Dudo que Cincuenta sombras de Grey alcance la inteligencia y belleza literaria, y no exenta de crudo realismo, de La vida sexual de Catherine Millet, por compararla con una obra erótica contemporánea de mucho éxito y también polémica, aunque por otros motivos.
No niego a los lectores que, de forma individual, expresen sus opiniones sobre tal o cual obra que han leído, porque es un derecho del lector, derecho que también me aplico. Ahora bien, no podemos estar siempre potenciando la mediocridad, lo inmediato, lo fácil. ¿Qué deja esa novela que no deje una serie o una canción que nos emocione en un momento dado y de la que luego no volvamos a acordarnos? Concluyo, con otra frase de Harold Bloom, esta no reseña de Cincuenta sombras de Grey, novela sobre la que tengo la certeza de que no existe nada mío:
Sin duda hay otras muchas maneras de leer, pero a mí la que más me gusta es la manera de Emerson, que es volver a lo que es propiamente tuyo, allí donde lo encuentres.
Imagen: http://fromisiblog.articulo19.com/?p=8979
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Bueno voy a hablar y arriesgarme a ser un poco atrevida pues de literatura erótica poco he leído y curiosamente con las Once mil vergas no pude, lo dejé a la mitad y ya después de dejarlo, volverlo a intentar y dejarlo otra vez.
He estado mirando, también en internet, reseñitas sobre el libro y de ellas la mayoría me parecían escritas por personas poco aficionadas a la literatura de verdad. Evidentemente no soy nadie para hablar de literatura de verdad y no tengo una extensísima relación de libros leídos en mi curriculum, pero sí algunos y sí de los buenos. Creo que un best seller – que no sea un clásico fuera de la contemporaneidad- siempre es dudoso…es como cuando te dicen «tío he ido a ver Los Intocables de Eliot Ness, va está de coña, es genial, y el Kevin Costner ese es un actorazo y tal, le doy un diez» y tú dices «Ná, pues yo ayer estuve viendo Mamá Sangrienta y tal y bueno flipé» . A los pocos días te encuentras al mismo tipo que te dice que ha visto Mamá Sangrienta y que le parece una mierda…pues nada «neniño» sigue viendo esas películas y sigue diciendole a tus amigos que Mamá Sangrienta es una mierda, que las personas a las que de verdad les gusta el cine más allá de pasar un buen rato sabrá a quien no dirigirse cuando necesiten que alguien les aconseje o no una buena peli del género que sea.
Muá.
Sí, en las reseñas encontré sobre todo chicas veinteañeras, al menos por la estética de los blogs y cómo hablaban de la novela, pero sobre todo gente que ha leído poco o que sus lecturas son muy ligeras. Hay superventas muy buenos y superventas malos. Si se han vendido, no sé, veinte millones de copias de Cien años de soledad, no por eso lo hace una novela pésima; en este caso, es evidente que es una obra maestra.
En todo caso, para gustos colores y cada lector tiene derecho a que les guste lo que les guste. No me atrae ya tanto ese boom de las editoriales con productos dudosos, pero hay que vender, y el negocio editorial es eso, negocio. Los editores que publican por amor al arte ahora mismo se lo tienen que pensar mucho o es imposible. Un besazo. 😀
Lo mejor que he leído sobre el libraco este, lo has escrito tú. Yo soy lectora de género romántico, cuando salió este libro vaticiné que nos traería un gran problema a las personas que alentamos la lectura del género romántico. Siempre estamos tan ocupadas en obtener aprobación y ganarnos el respeto, pero con este producto, eso iba a ser otra vez subir una colina engrasada. Es un muy mal libro, no tiene siquiera un estilo literario. El argumento es simplón, ambiguo. Los personajes parecen descerebrados. No tiene nada que me haya seducido desde el punto de vista de la sensualidad. Hay muchos libros del género romántico, mucho más hot, mejor escrito, con escenas que se fundamentan a lo largo de un argumento que te va llevando a una escena como por un túnel. Para dar un ejemplo, la saga Caballo de Fuego de la argentina Florencia Bonelli. Tiene desde el comienzo de la novela una atractivo sensual inmediato, sus protagonistas van surcando por obstáculos impresionantes, con una prosa fluída y un lirismo poco común, la autora te prepara para la escena del último libro, en Caballo de Fuego-Gaza, donde los personajes se reencuentran en un baño del hotel Rey David de Jerusalem. Esa escena tiene en pocas hojas, más sensualidad y belleza que todo este mamotreto.
Gracias por tu no reseña.
Muchas gracias.
Gracias por tu comentario. Aunque no lo creas, por lo general no se suele estar de acuerdo con las reseñas negativas. Me ha gustado tu comentario y me espera algo de eso -no tiene estilo, argumento simple-, pero lo que más me molesta es el slogan: «erotismo para amas de casa». ¿Qué sucede, que las amas de casa son mujeres incultas y fáciles de contentar? Menuda estupidez. Un abrazo y gracias a ti por acercarte a dejar tu opinión. 😀
Leí el libro para poder tener una opinión objetiva, luego de tanta controversia. Mucha publicidad y gran cantidad de críticas tanto buenas como malas.
El libro surge como un fanfic de Crepúsculo. Personalmente, reconozco haber leído muchos fanfics de la saga de Meyer, en los cuales quienes jugaban con los personajes de Stephenie creaban historias frescas y con un sello propio.
James a la hora de pulir y editar su obra, dejo muchos detalles que me recordaron al libro de la manzanita. No senti que 50 Sombras presentara algo fresco y original y menos un buen argumento solido. Anastasia, es muy Bella Swan solo que aqui vemos una version más potenciada en torpeza y sobre todo en pensamientos internos que no aportan nada y tornan la trama exasperantes. Hay muchas páginas que sobran y frases que se repiten mas de 30 veces de manera innecesaria.
Christian, por otro lado se presenta con una Psicologia interesante pero a lo largo de la historia demuestro lo contrario y queda en un protagonista plano.
Los personajes secundarios, fueron figuritas repetidas que ya conocía de antes.
En fin, me pareció que 50 sombras quiso reciclar fans de twilight colocando algunas escenas hot, pero dejando muchas características de la saga de Meyer.
Un libro que me llevo semanas terminar y que por el momento no me provoca seguir con la lectura del 2 y menos del 3. (Ya tuve mi dosis suficiente de:»Mi diosa interior», rubores y mordidas de labios)
Por último, mucha publicidad para una autora, que la tildan de revivir un género que hace años se explota muy bien y la misma no sabe dónde está parada.
Me parece una falta de respeto para autoras como J.R Ward, Kenyon, Feehan showalter, Leigh, entre otras. Quienes traen historias con un argumentos firme que pueden sostener y reinventar a través de décadas.
Yo no lo recomiendo, pero como siempre digo. Mejor juzgarlo por ti mismo.
Buena reseña y una manera original de plantearla
¡Hola! Pues me has dado varias pistas. Yo no sigo eso de Twilight ni eso de fanfic, supongo que son secuelas o precuelas. Ni leo autores como Meyer -lo siento, no puedo abarcarlo todo, jaja-, pero me has aclarado bastante la idea que yo tenía. Además, mientras más comentarios, parece que se va definiendo más claramente qué tipo de libro es. La verdad que lo clavas, parece que lo estoy leyendo yo, aunque esto siempre es injusto -pero me niego a leerlo, al menos de momento, ya casi me dan ganas para criticarlo más jaja-. Muchas gracias por tu comentario, he aprendido cosas nuevas y buscará alguna autora de esas, a ver, o autores, qué escriben. Un abrazo. 😀
De acuerdo contigo. No me gustó. De ella hablo en mi blog, que veréis, si os apetece, pinchando mi nombre. Para mí es una novela bastante mala en muchos sentidos.
Saludos 🙂
¡Gracias Carmen! Un placer que te dejaras caer por aquí. Ya te hice una visita y tu blog está muy bien, salvo que cuando le di a novelas no me salió nada -no sé si a lo mejor fue fallo de mi navegador, a veces pasa, era por leer algo tuyo-. Un abrazo. 😀
Hola, Juliio!
Muchas gracias por visitar mi blog :). Está naciendo el pobre y en el apartado Novelas no hay nada, porque solo escribí una, que saldrá en septiembre. Hablaré de ella allí. Está en plural porque soy muy optimista y espero que se publiquen más 😀 En Microrrelatos sí puse algunos; pero no creas que soy una gran escritora: muy normalita:). Un saludo
Bueno, yo también soy un escritor muy normalito, pero eso lo decimos con la voz baja porque hay que defender lo que escribimos como si fueran nuestros hijos, a que sí, ¿si no, quién? Un beso grande. 😀
Se agradece leer una reseña sobre este libro así como esta. Después de haber escuchado y leído mil cosas buenas acerca de ella, da gusto encontrarse con alguien que opina como tú, y que conste que respeto cada una de las opiniones que me han dado sobre el libro.
Caí en la «trampa» del boca a boca y del boom mediatico y lo único curioso e inexplicable que encuentro en la novela es precisamente el «¿a qué se debe su éxito?».
Sinceramente creo que la historia, los personajes y en general todo en ella es muy mediocre, pero no puedo evitar felicitar a la autora por el éxito obtenido y sentir cierta lástima por aquellos otros buenos escritores que tienen novelas dignas de leer y no encuentran ningún hueco en las estanterías de las librerías.
Y poco más puedo añadir a todo lo que has dicho.
¡Gracias Noelia! Bueno, yo solo doy mi opinión y viendo un poco lo que se había escrito y mis gustos literarios… Me ha encantado el sentido común que tiene tu comentario, el boca a boca es fundamental para promocionar un libro, pero lo de este ya es puro márketing. Un abrazo y feliz 2013. 😀