A dónde crees que vas, 2013
Echo un vistazo a 2012 y veo un gran año. Pienso: el año en que me arriesgué a intentar publicar mi libro de relatos. Y lo conseguí. Este hecho reluce sobre todos los demás. En otro compartimento, las amistades nuevas, la gente a la que quieres, las iniciativas, la convicción de que quieres conseguir nuevas metas. Desligas más prejuicios sobre ti mismo y analizas los de los otros; a menudo chocas con el pensamiento del otro, sumergido en alienaciones estándar, incapaces de viajar contigo a otras dimensiones. Del enfado se pasa a la molestia; de la molestia, apenas al conformismo, y en un último estadio de pensamiento es como si escucharas a las alondras mientras paseas por el parque. Sigues adelante, el sol mariscal del cielo, la fría pero soportable brisa de invierno. Es probable que sonría. Es posible que te sientas pletórico.
Hay un compartimento que consta de una mesa de roble macizo, una estantería con los libros que no he leído y una carpeta ajada, con el título ennegrecido de tanto sobarla, en la que guardo los folios en blanco que aún no he escrito. Soy perfeccionista y nada me gusta. Me alivia saber que es un mal de los escritores.
Hay un compartimento que guarda legajos incomprensibles, teorías, análisis, etc. sobre los tiempos que vivimos. Y me agoté. Añadiría convulso a ese manido sintagma «los tiempo que vivimos» si no fuera porque la sociedad europea, en general, guarda un escrupuloso silencio. Hay manifestaciones, cierto, movimientos, también. ¿Revolución? ¿Habrá un agente del CSI leyendo este blog por si soy un anarquista? ¿Los anarquistas existen? Para mí solo existen en El hombre que fue Jueves, de Chesterton, y además, al principio, por no destriparles la novela breve, solo uno. Bueno, hay muchas clases de revolución, y para que me entiendan: entre la de Ghandi y la del Ché disculpen pero no hay color: vence Ghandi por goleada sublime. No sé si Jose Luis Sampredo estaría de acuerdo: creo que no lo dice pero intenta que llegue su insinuación de cambio radical y al mismo tiempo no violento. Para todo cambio debe producirse un movimiento social convulso. Lo demás es estatismo, aceptación, dentro de las reglas del sistema. Pero ¿qué ocurre si el sistema que nos ordena está caduco, ha degenerado, está defectuoso, y se retroalimenta? Ustedes saben, ustedes conocen la solución.
Espero que sean felices y que no se les ocurra escribir un libro. Sobre todo, no se les ocurra escribir un buen libro, porque no están las cosas como para competir con ustedes. Ahora bien, les confesaré algo: a escondidas, pero lo leeré. Todo sea porque me muero de envidia. Y este año, 2013, el año de los lemmings, dicho con todo respeto hacia los lemmings, que son suicidas por supersticiosos, puede que sea el de mi novela. El de un conjunto de relatos temáticos. El de vender 1000 ejemplares de A través del espejo. Camino de eso vamos. Y como dijo la abuela de alguien: «tranquilo, mi niño, que si no coges esta barca cogerás la siguiente». Las abuelas, que tanto saben. ¡Besos y feliz 2013!
Todos nos ligamos a algo, y yo decidí, muy joven, que me ligaba a los Dire Straits.
https://www.youtube.com/watch?v=lIlfc2Josas
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