Espérame sentado que ya vuelvo
Como el peluquero marroquí ya cerró su barbería, a mi abuelo no le queda otra que ir a leer la prensa a la biblioteca insular. El peluquero solía dejarle el periódico por el buzón para correo de la puerta y mi abuelo, además de ir a cortarse el pelo allí, para que el hombre se ganara «unas perras», de vez[…]
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¡Hala! Ya me empiezo a preocupar, ya contigo van dos que no entienden la historia, lo que me hace pensar…