Tú sabes cómo
La ventana la habías dejado abierta. Me fijé al pasar por debajo de tu piso, tras salir a toda prisa del trabajo, «A las 2 te digo», me habías escrito en el mensaje, y muerta de hambre y engullendo un croissant, con el bolso y las carpetas agarradas como podía, parecía una loca de esas que solo vive para trabajar…[…]
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